sábado, 25 de diciembre de 2010

Honestidad crítica

Albert Sáez. Director adjunto-EL PERIÓDICO DE CATALUÑA- 25 de diciembre del 2010
 
 
 
Una fina línea separa al profesor del maestro: la capacidad de dejar huella. El maestro Iñaki Gabilondo se despidió el jueves marcando impronta. Hizo una de las mejores síntesis de lo esencial en periodismo: la honestidad crítica. Este oficio de explicar historias lleva un par de siglos intentando delimitar lo nuclear y expulsar lo accesorio. Vamos, que lleva un par de siglos intentando explicar sintéticamente la distancia sideral que separa a Gabilondo de Belén Esteban aunque los dos salgan por la tele. Demasiadas veces ha buscado lo esencial en lo altisonante. Conceptos como verdad, objetividad, imparcialidad, compromiso... han resultado tan repetidos como vacíos. El periodismo tiene con la verdad los mismos problemas que el científico; con la objetividad, similares a los del pintor; con el compromiso, no muy diferentes de los del economista, y así podríamos seguir infinitamente.
Lo que se les puede pedir a todos es que sean honestos. El lingüista Grice lo resume en una máxima: «No digas lo que sabes que es mentira». La honestidad no es defender la verdad que creemos sino abominar de la mentira que sabemos. En definitiva, negarse a admitir que la realidad no puede estropear un buen reportaje.
Conceptos indisociables
Quizá lo esencial del periodismo es el adjetivo que puso Gabilondo. Los periodistas debemos ser honestos como los científicos, los pintores y los economistas. Pero en el caso de los contadores de historias, a la honestidad hay que sumar el plus de la crítica, de la pregunta permanente, de la curiosidad sin límites.
Y para ser críticos deberíamos empezar por ser autocríticos sin ser autodestructivos. Deberíamos empezar por reconocer que a menudo olvidamos la honestidad en el afán de criticar aquello que no nos gusta o que no nos conviene. Y viceversa, nos amparamos en la honestidad para evitar la crítica a lo que compartimos o nos protege.
Pese a la tristeza de la despedida, Gabilondo nos ha hecho un buen regalo de Navidad: recordarnos lo que somos y aceptar que nos critiquen cuando lo olvidamos. Gracias, maestro.

Adiós (¿provisional?) a un referente del periodismo.


www.elperiodico.com/noticias/es/politica

domingo, 19 de diciembre de 2010

Gabilondo, Blanco White, Larra y Vazquez Montalbán.

Del blog de J.Luis López Bulla (metiendo bulla).

lopezbulla.blogspot.com

sábado, 18 de diciembre de 2010

LIGA | ESPANYOL 1 - BARCELONA 5

El derbi fue calcado al clásico

El Barcelona golea al Espanyol después de una excelente actuación coral rematada por un vertiginoso Pedro

RAMON BESA - EL PAÍS- - 18/12/2010
 
No hubo clásico ni tampoco derbi. No hay bravura que valga, ni en el Madrid ni en el Espanyol, para combatir la delicadeza del Barcelona, desde hace un tiempo en estado de gracia, excelente en las citas más exigentes, protagonista de unos números de récord en la Liga. Los carteles del partido anunciaban que Cornellà-El Prat sería la Galia para el imparable equipo de Guardiola. No había dudas sobre el carácter irreductible de los muchachos de Pochettino. Hasta que comenzó el partido y los azulgrana tomaron la pelota para cantar dos goles en menos de media hora, los dos tan vertiginosos que desquiciaron al Espanyol, tumbado en el suelo, impotente y de uñas con el árbitro, que nada irregular apreció en el sereno despliegue del Barcelona protagonizado por el excelso Pedro.

      Espanyol 1 - Barcelona 5

      Espanyol: Kameni; Chica (Amat, min.64), Forlín, Víctor Ruiz, Dídac (David García, min.81), Baena, Javi Márquez, Luis García (Dátolo, min.62), Verdú, Callejón y Osvaldo.
      Barcelona: Valdés, Alvés, Piqué, Puyol, Abidal, Sergio Busquets (Mascherano, min.79), Xavi, Iniesta (Keita, min.86), Pedro (Bojan, min.87), Messi y Villa.
      Goles: 0-1: Pedro, min.19. 0-2: Xavi, min.30. 0-3: Pedro, min.60. 1-3: Osvaldo, min.63. 1-4: Villa: min.75. 1-5: Villa, min.84
      Árbitro: Undiano Mallenco (Colegio navarro). Mostró tarjeta amarilla a Sergio Busquets (min.26), Baena (min.36), Osvaldo (min.37), Javi Márquez (min.41), Piqué (min.54), Víctor Ruiz (min.67), Alves (min.70).
      Incidencias: Partido de la decimosexta jornada disputado en el Estadio de Cornellà-El Prat ante 40.010 espectadores. Antes del inicio del encuentro, la afición blanquiazul brindó una cálida ovación al azulgrana Andrés Iniesta, por homenajear al malogrado defensa españolista Dani Járquez en la final del Mundial.

      A veces no se sabe muy bien si Pedro es un extremo, un volante o un ariete. Y hay serias dudas incluso sobre si es zurdo o diestro. Aparentemente es un futbolista de tantos, sobre todo cuando forma con el equipo titular, y en la calle es el hijo de un trabajador canario que pone gasolina. La formalidad de Pedro se acaba en cuanto se pone el balón en juego y expresa un catálogo de recursos futbolisticos digno de un fuera de serie porque es tan capaz de tirar el desmarque como de rematar a gol, quitarle el cuero al contrario o darle salida al balón por los dos lados. Tuvo una actuación prodigiosa en casa del Espanayol.
      Excelente en la lectura del juego, Pedro se apoyó en Messi para profundizar y meter el 0-1 después de arrancar como un falso 9. Un cuarto de hora después, jugó como el mejor 10 del campeonato para dibujar la jugada del 0-2. Y a la hora, aprovechó un rechace de Kameni para dejar la pelota en la red. Tres versiones distintas del mismo Pedro, tan luminoso en ataque como perseverante en defensa, el mejor de un equipo muy sincronizado y armonioso. Delantero indetectable, Pedro fue un artista.
      La impecable actuación barcelonista invitaba a los blanquiazules a tomar la puerta de salida. Ocurre que el Espanyol de Osvaldo jamás se rinde, y menos frente al Barça. Los blanquiazules exigieron de vez en cuando a Valdés, muy fiable, y acabaron por ponerse en el partido con un gol del delantero argentino. Los chichos de Pochettino son muy duros de pelar. El Espanyol es un equipo trabajado tácticamente y tiene una gran calidad física. Había resuelto con victoria los siete encuentros disputados en su feudo y solo había tomado dos goles.
      No perdió el Espanyol por su culpa sino por la del Barcelona, exhuberante de principio a fin, incontestable cuando actúa con su equipo titular. Los azulgrana tuvieron la mejor respuesta a los distintos momentos del partido, incluso después del 3-1, porque entonces replicó con el tanto de rigor de Villa después de una asistencia preciosa de Messi. La Pulga ha aprendido a intepretar sus sensaciones, y supo que no era su día como goleador. Infalible en las situaciones más complicadas, Messi no supo resolver la más sencillas de las jugadas, como es la de meter un gol sin portero. Asistido por Alves, la Pulga puso mal el cuerpo y la pelota golpeada por su pie derecho salió por encima del larguero de Kameni. Así las cosas, negado de cara a la portería, el argentino ejerció como pasador y centro del juego ofensivo de su equipo.
      La maniobra de Messi rematada por Villa, el cuarto gol del Barcelona, fue tan disuario, que la hinchada blanquiazul comenzó a desfilar. Había cedido la puerta de Cornellà-El Prat y el Barça jugaba como en el patio de recreo. Al final, al Espanyol le cayeron tantos goles como al Madrid, cinco, el dígito preferido del Barcelona, porque Villa repitió poco antes de acabar el partido. No se recuerda una goleada parecida del Barça en campo del Espanyol ni tampoco una exhibición tan rotunda. Muy finos en su juego, la velocidad con la que ejecutan el fútbol nunca pudo ser contraresada por la presión blanquiazul, incapaz de encontrar el cuerpo a cuerpo que tanto les interesaba. El defensa siempre llega un segundo tarde, concede un metro de más, cuando el delantero actúa con celeridad. No había manera anoche de detener a Villa, a Messi, a Pedro. Reconocibles en casa y fuera, los barcelonistas saben además corregirse en cada partido para optimizar sus prestaciones. Ayer, por ejemplo, cuando el partido todavía estaba vivo, evitaron el acoso del Espanyol con el saque largo de Valdés, de manera que los blanquiazules nunca dispusieron de ataques cortos para alcanzar el marco de Víctor Valdés.
      El derbi acabó como el clásico después de un nuevo monólogo del Barça, excelente en el juego en corto y en largo, al pie y al espacio, imperial toda la noche.

      viernes, 17 de diciembre de 2010

      Antonio Gutiérrez aboga por una reforma de pensiones pero no como pide el Gobierno

       
      El ex secretario general de CCOO y actual diputado socialista no ha adelantado si votará en contra como ya hizo con la reforma laboral lo que le valió una sanción económica por romper la disciplina de voto. Gutiérrez critica que se quiera propiciar el negocio de los sistemas privados y advierte de que "para calmar a los mercados lo primero es calmarse uno".

      nuevatribuna.es | agencias 16.12.2010


      El ex secretario general de CCOO, Antonio Gutiérrez, actual diputado socialista, ha cargado este jueves contra la reforma del sistema de pensiones que está siendo acordada por los partidos mayoritarios. "Para calmar a los mercados lo primero es calmarse uno", ha afirmado en declaraciones a la Cadena Ser.
      Según ha informado la cadena, Gutiérrez ha afirmado que "cuando se habla de reformas a 30 años vista", en lo que se piensa no es en "asegurar el futuro a 30 años del sistema", sino en "propiciar el negocio en el presente de los sistemas privados de pensiones".
      Sin embargo, no ha adelantado si votará en contra de la reforma si llega al Parlamento en estos términos
      -como ya hizo con la reforma laboral, lo que valió una sanción económica- y ha optado por pedir una reforma "equilibrada y justa" que no aboque "a un nuevo conflicto social y a disensiones políticas".
      Para Gutiérrez, es posible que sea "necesaria" una reforma del sistema de pensiones, pero no con esta reforma "que da la sensación de que el sistema está al borde de la quiebra y con un futuro absolutamente negro".
      Así, ha defendido que el sistema de pensión español está "muy saneado" y su gasto se sitúa en torno al 8 por ciento (del PIB), por debajo de los "países centrales europeos". "Si se trucan los datos de la realidad lo que se hace es demagogia, no una reforma para mejorar nada sino una coartada ideológica con mucha demagogia para que algunos hagan negocio a costa del ahorro futuro de los españoles", ha remarcado.
      El ex sindicalista se ha mostrado en contra de prolongar la edad de jubilación a 67 años, y ha subrayado que, antes de hacer eso, España debería ocuparse de mejorar su mercado laboral, que ha calificado de "muy precario", y más aún después de la última reforma. A su juicio, lo que habría que hacer es incorporar más personas -sobre todo más mujeres- "con carreras profesionales más solventes" al mercado laboral para aumentar los ingresos del sistema.
      Y, en cuanto al aumento del periodo de cotización sobre el que se calculan las pensiones, ha opinado que hay que ampliarlo "para ir acercando" el esfuerzo contributivo de cada uno a la pensión que recibirá en un futuro, pero con "sosiego" para que no suponga un "recorte brusco de las expectativas de pensión".

      jueves, 16 de diciembre de 2010

      Barça: lo trivial y lo fundamental

       

      La creatividad, la construcción, la técnica, la identidad y el liderazgo, ideario del equipo


      JORGE WAGENSBERG - EL PAÍS- 16/12/2010
       

           
          La posesión del balón. Hablamos de probabilidades porque lo más cierto de este mundo es que el mundo es incierto. En un partido de fútbol la incertidumbre de un equipo es la incertidumbre del resto del mundo que incluye, sobre todo, la incertidumbre que crea el equipo adversario. Está claro que cediendo la posesión de la pelota también se puede jugar al fútbol; se trata de lo más frecuente. En este modelo de juego, los jugadores sin pelota blindan su territorio mientras confían en que los jugadores con pelota se cansarán de tanto tuya-mía. La hipótesis de trabajo de esta idea es aprovechar el mínimo despiste para volar hacia la portería de un rival sorprendido a contrapie. Sin embargo, sorprender a este Barça con un contraataque no parece un fundamento filosófico sensato. En primer lugar, cerrarse atrás y presionar hasta que este Barça se equivoque no es una estrategia barata en energía. Contra este Barça, la estrategia del contraataque cansa, cansa mucho, cansa físicamente y cansa mentalmente. Contra este Barça el defensor suele llegar casi siempre un poco tarde a casi todo. Es como golpear con fuerza un cuerpo que ha esquivado el choque una centésima antes. Un puñetazo al vacío desconcierta el músculo y humilla el cerebro. El juego al contraataque especula más con el fallo del contrario que con la creatividad propia. Nadie ni nada es perfecto y este Barça tampoco es una excepción. La perfección existe porque es imaginable, pero no es perfecta porque es inalcanzable. Sin embargo, este Barça persigue la perfección paso a paso y, tras cada paso, retrocede la probabilidad de marcarle un gol a contragolpe.
          Además, el jugador del equipo con pelota tiende a divertirse, mientras que el jugador del equipo sin pelota tiende a impacientarse. El equipo que se cierra atrás lo hace con ánimo de destruir; el que posee el balón lo hace con la ilusión de construir. Destruir aporta poco a la autoestima porque destruir es más fácil que construir. Solo hay que dejarse llevar por el temible segundo principio de la termodinámica. Destruir es pasar de algo singular y especial a cualquier cosa. Pero para construir hay que apretar las neuronas. Para construir hace falta energía y talento antientrópico porque construir significa pasar de cualquier cosa a algo muy original y especial. Y resulta que los humanos son trivial y fundamentalmente animales creadores. Con permiso de Freud, la salud mental de un ser humano se nutre de autoestima individual y colectiva, es decir, de la creatividad que consiga desarrollar. Los creadores se gustan a sí mismos, los destructores también, pero no tanto. ¿Puede ser creativa la destrucción? Puede, pero solo en el caso de una destrucción que sirva de preludio a una construcción inminente. El juego del contraataque también empieza destruyendo, sí, pero suele ser una destrucción que cuenta con un mucho de autodestrucción enemiga. La autoestima individual y colectiva necesita de algo más.
          Es el caso de los dos defensas centrales de este Barça: Piqué es central de profesión, pero delantero centro de vocación. Puyol no lo es menos: es un creyente como central, pero también un practicante a la hora de rematar. Alves destruye al adversario, pero su juego de ataque recuerda el solemne poderío de una torre en el tablero de ajedrez. Lo propio se puede decir de Abidal, el atleta que patrulla la rive gauche. Valdés también crea destruyendo. Con su concepción del espacio-tiempo intuida al milímetro y a la centésima interrumpe (destruye) cualquier parábola enemiga, mientras elige las mejores condiciones iniciales de las parábolas del ataque propio (construye). Detrás se destruye, pero también se construye. Pero jugar con la posesión clara del balón requiere también la viceversa: delante hay que construir pero también es necesario destruir. La presión de los delanteros del Barça para que el rival suelte el balón un instante después de que lo haya recuperado es intensa y sin tregua. El secreto de este Barça quizá sea que nadie tiene licencia para ahorrarse la tarea de destrucción por grande que sea su genio y solera en la noble tarea de la construcción. No importa quién juegue ni contra quién, ni dónde, ni cuánto falta para el final del encuentro. Es casi un automatismo individual y colectivo de este Barça: atrás se construye cuando no se está destruyendo; delante se destruye cuando no se está construyendo. Para eso hace falta técnica.

          La técnica. La técnica es el conjunto de automatismos capaces de liberar el espíritu creador. Los pies, las piernas, el pecho y otros apéndices del cuerpo deben pensar por sí solos para no robar espacio ni tiempo al cerebro. Algo muy parecido sucede con un virtuoso del violín. Sus dedos deben saber por sí solos cómo deben moverse y dónde y cómo deben presionar las cuerdas. Los dedos de Jascha Heifetz no esperaban órdenes detalladas del cerebro, solo una declaración de intenciones. Un violinista no puede sublimar la interpretación de la Chacona de Bach (Partita nº 2 para violín solo) si tiene que concentrarse en la precisa afinación de cada nota o en el rigor de la frecuencia de cada vibrato. Para decir bien dicha una frase de la Chacona la mente tiene que independizarse de las manos. En este Barça hay automatismos individuales y automatismos colectivos, pero lo primero no implica lo segundo. Los automatismos resueltos dan paso al conocimiento, a la creación de una jugada con posibilidad de culminar en gol. Es la continuación de la técnica por otros medios.
          En un equipo hay tres conceptos relacionados con la creación de una jugada con pretensiones de culminar en gol y los tres tienen su significado individual y colectivo. El primero es la complejidad, es decir, la riqueza de alternativas disponibles para un jugador o un equipo como solución ante una situación determinada. Un jugador con un solo regate se hace demasiado previsible por mucho que domine el balón. Lo mismo ocurre con un equipo poco complejo. El segundo concepto es la incertidumbre que no es otra cosa que la complejidad del rival. Y el tercer concepto es un concepto mixto: la capacidad de anticipación (de un individuo o de un equipo) respecto del juego contrario. En este Barça, Busquets es algo así como la solución que precede a un problema. Xavi es el mariscal de campo que clava las banderitas en el mapa. Iniesta es el inventor contra la incertidumbre ajena para cada momento y cada lugar. Messi es una fábrica continua de incertidumbre para el adversario y el compositor con técnica para inventar infinitas variaciones que él mismo transforma en una cadencia final o en una teoría inicial para que otros como Pedro o Villa transformen una hipótesis de gol en una tesis de gol.
          Este Barça tiene una complejidad colectiva que procede de años de historia compartida por sus jugadores en La Masia. La historia común se fragua aprendiendo los unos de los otros, los discípulos de los maestros y de otros discípulos y los maestros de otros maestros y de los discípulos. Johan Cruyff evoluciona desde Rinus Michels y revoluciona; Frank Rijkaard evoluciona desde Cruyff y revoluciona; Josep Guardiola evoluciona desde Cruyff y Rijkaard y revoluciona... Un jugador de la cantera debuta en el primer equipo con la inteligencia colectiva previamente adquirida y horneada a fuego lento. Por ello, un equipo del filial puede saltar al césped, desplegar el juego marca de la casa y dedicarse a probar innovaciones como ante el Rubin.
          No vale copiar el resultado sin copiar el método. No se puede copiar el Barça sin copiar su historia. No se puede copiar el juego del Barça comprimiendo décadas en meses. Años de ojeo, de becas, de educación y de mimo no se reemplazan por fichajes apresurados entre el oleaje del mercado. No hay buenos museos madurados en menos de 20 años. Como todo buen conocimiento, este Barça se levanta sobre una escuela y una academia que velan por su identidad y la actualizan.

          La identidad. En cualquier colectivo, como el azulgrana, coexisten dos identidades distintas: la individual de los individuos y la colectiva del equipo. En el fondo se trata de una profunda cuestión de la psicología, la etología y la sociología: conseguir la armonía entre las identidades individuales (cada cual con la suya) y una identidad colectiva (una común para todos). Es tan trágico que la identidad colectiva sea débil por defecto de cohesión entre los individuos (en cuyo caso el individuo se llama asocial y anda perdido e indefenso por la incertidumbre) como trágico es que la identidad colectiva aplaste la identidad individual por una excesiva cohesión social que el individuo no puede soportar. La cuestión es delicadísima por una razón: solo existe una situación de armonía entre infinitas que no lo son. Localizar y cuidar es punto frágil y mágico, crucial para la convivencia de jugadores dentro de un equipo. Esta cuestión podría llamarse la cuestión de sobreconvivencia. Es la cuestión fundamental en un superorganismo de organismos. Brillantes jugadores como Ronaldinho, Eto'o e Ibrahimovic no asimilaron del todo bien este detalle esencial. La historia de la humanidad también se comprende en esta clave: individuos anulados por colectivos demasiados rígidos o desorientados por colectivos demasiado flojos. La buena armonía entre los individuos y sus colectivos en la sobreconvivencia política está en algún punto frágil y delicado entre la anarquía y el totalitarismo.
          ¿Cómo logra este Barça su armonía entre la identidad de cada jugador y la identidad del equipo? Eso se logra ¡con un líder! Un líder no es quien reduce las horas de conversación o quien habla antes de escuchar. No es quien tiene habilidad para dosificar el premio y el castigo. No es quien derrocha lealtad que nadie le exige (hacia arriba) y que exige lealtad que nadie da de por sí (hacia abajo). Un líder no es quien asusta (preferentemente hacia abajo) y quien adula (preferentemente hacia arriba). No es quien amaga y raciona información privilegiada. Un líder lo es según sea su sabiduría. Un líder es el que consigue que las personas actúen con la convicción del que ha comprendido. Un líder es, sencillamente, de quien se aprende. ¿Quién es un líder? Por ejemplo, Pep Guardiola.
          Existe otra identidad colectiva: la de la afición. Comprender es buscar y encontrar lo común entre lo que es diferente. Comprender a la afición del Barça empieza por preguntar ¿qué tienen en común los aficionados del Barça? Apunto la más importante: el gozo intelectual por verlo jugar.

          El gozo intelectual. El gozo intelectual por ver jugar al fútbol también tiene su punto delicado entre dos extremos distantes. El cerebro es un órgano que emerge en la evolución para participar en la vital estrategia de supervivencia. Su razón de ser es anticipar la incertidumbre. De la misma forma que el corazón necesita sangre para funcionar, el cerebro necesita una dosis mínima de incertidumbre. Si no hay suficiente incertidumbre que llevarse a las neuronas, si todo es previsible, entonces el cerebro se ofende por inanición. Es como una sinfonía de una sola nota. El cerebro no tiene razón de ser en este extremo. Pero si la incertidumbre es excesiva, si nada es previsible, entonces el cerebro se frustra por incapacidad de resolver. Es como una música totalmente aleatoria. Nada en ella es anticipable. El cerebro tampoco tiene razón de ser en este otro extremo. El gozo intelectual por la música está en algún punto entre la ofensa y la frustración del cerebro. El gozo intelectual por ver jugar a este Barça se parece mucho al gozo intelectual musical. En un buen partido tiene que haber indicios para la anticipación y episodios para la sorpresa. Individualmente. Colectivamente. Ver un partido por la televisión recorta en parte ese gozo porque la cámara suele seguir obsesivamente la pelota y el aficionado no tiene la libertad para ver, mirar y observar lo que la mente le pide en cada momento según sean las dosis de anticipación y sorpresa que le vaya llegando. Sin embargo, una buena grabación puede hacer visible lo que en el campo es invisible por rápido, invisible por lento, invisible por complejo, invisible por lejano, invisible por cercano, invisible por opaco, invisible por despiste... Es el gozo intelectual de la segunda lectura.
          Un club de fútbol es una empresa humana y, como toda empresa humana, su grandeza depende de los seres humanos que la integran. Ni más ni menos. Hay mucho que aprender, y no solo fútbol, de este gran Barça. Larga vida para él.

          martes, 14 de diciembre de 2010

          El sueño de Happiness

            Emma Riverola-EL PERIÓDICO DE CATALUÑA-  14 de diciembre del 2010



          Quiso salir en el peor momento. Cuando el viento era de cristal y aguijoneaba la piel. Venía de la oscuridad y el líquido. Pensó que iba a un seno mayor. Pero el mundo no es un abrazo para ella. Le dio calor un guardia civil. Mientras, su madre, demasiado exhausta, demasiado ausente, sonreía por dentro. Habían llegado. La cuna de su niña no sería el fondo del mar.
          Sus padres la han llamado Happiness. Felicidad. Porque ella ya está en la otra orilla. El aire que respire no será esa nube ardiente que quema los pulmones, ni la tierra yerma de su Nigeria. El país que las multinacionales petroleras han emponzoñado con su avaricia desbocada. No vivirá en las calles en las que ya nadie está a salvo, donde la violencia ha contaminado las voluntades. No morirá bajo el fuego de las armas españolas que llegan a través de la frontera de Ghana. Tampoco será utilizada como cobaya humana. No correrá la suerte de los niños nigerianos que murieron en un ensayo de la farmacéutica Pfizer. No sufrirá la condena perpetua del hambre ni de la ignorancia ni de la miseria impuesta por sus gobiernos corruptos.
          Happiness apenas ha abierto los ojos y algunos ya tratan de expulsarla de su futuro. Las voces de la intolerancia y el egoísmo aúllan a su alrededor. Pero ella duerme tranquila, en un arrullo trenzado de esperanza. Ya escapó de la pesadilla. Ahora tiene un sueño.
          * Amalia Álvarez - nuevatribuna.es | 14.12.2010
           
           
          “No es cierto que todos estemos confusos. Ellos saben muy bien lo que quieren. Ellos son muy pocos, pero saben perfectamente lo que quieren. Nosotros, los ciudadanos, si estamos confusos, pero ellos no,” con estas palabras, o muy similares, iniciaba Iñaki Gabilondo una intervención en la Fundación 1º de Mayo de CCOO, ante un auditorio de sindicalistas y periodistas. Gabilondo agradecía al sindicato el premio a la libertad de expresión que le otorgaban, y realizo un discurso, emotivo, racional y duro, durísimo.



          “Hoy es un día especial”, dijo, porque su cadena CNN+ ha anunciado el cierre. “Siento cierta melancolía” por tener la sensación de que se iba a poner un punto casi final a su carrera de comunicador. “Son tiempos durísimos”, dijo haciendo un relato de la crisis y de las salidas que se están dando. No se ve por donde alumbra ese final, “pero es necesario mantener la antorcha”, porque hay que hacer frente a un gran vendaval que se alza frente a las propias democracias, “por eso me ha irritado tanto últimamente los ataques que se han dirigido contra los sindicatos”, porque ellos, los mercados, si saben lo que quieren y si saben lo que hacen.
          Ciertamente habrá que cambiar muchas cosas “tendrán que cambiar los partidos políticos, los sindicatos, la democracia, tendrán que cambiar ustedes y yo también”, pero es necesario mantener la antorcha.
          Iñaki Gabilondo hablaba a las Comisiones Obreras y les pedía a ellos, los sindicalistas, que mantuvieran la antorcha.
          Finalizo sus palabras y el auditorio refrendo su intervención con un aplauso que no era de cortesía. Allí estaban las Comisiones Obreras, las mismas que junto con la Unión General de Trabajadores y el conjunto de la sociedad, han decidido que la movilización continua, y que mañana y pasado mañana, y el sábado 18 de diciembre es necesario salir a la calle para recuperar derechos y en defensa del Estado Social.
          Porque hay que mantener la antorcha encendida, como dice Gabilondo. Hay que mantener la antorcha, hasta que prenda la hoguera, como pensamos algunas de las personas que aplaudíamos.
          Amalia Alvarez | Escritora

          lunes, 13 de diciembre de 2010


          Iñaki Gabilondo: "Tengo la sensación de que termina mi vida profesional"

           

          El periodista declara que está viviendo "una situación muy amarga"


          El PAÍS 13/12/2010
           
          "Tengo una sensación personal de melancolía histórica, porque tengo la sensación de que termina mi vida profesional", ha declarado el periodista Iñaki Gabilondo , una de las voces más reconocibles de Cadena Ser y que en los últimos años había trabajado para las cadena de televisión Cuatro y, desde principios de 2010, para CNN+, el canal que anunció su cierre la semana pasada. Tras recibir el premio a la Libertad de Expresión 2011, de la Fundación 1º de Mayo de CC OO, Gabilondo ha asegurado en su discurso de agradecimiento que es "muy probable" que termine "su vida profesional".
          El donostiarra se ha mostrado "preocupado y triste" por el futuro de los compañeros que trabajan en CNN+ . Una vez que se confirmó la venta de Cuatro a Telecinco, ha opinado, "quedaba ya bastante señalado el futuro de CNN+", aunque ha explicado que en la cadena se confiaba en no tener que cerrar. Se están "tratando de buscar las fórmulas, si caben" para la plantilla de CNN+. "Estoy viviendo una situación muy amarga", ha indicado.
          Para él, "una etapa que se ha terminado". "Ya no tengo ninguna duda de que finaliza mi tiempo como conductor de grandes programas", ha revelado. Además de ejercer el periodismo, Gabilondo también es consejero de la Cadena SER, cargo que seguirá ejerciendo.
          Su discurso ha alternado frases de amor por la profesión con críticas a la actual situación. "Soy un privilegiado por haberme podido dedicar a este oficio", ha afirmado, pero también ha arremetido contra las "realidades financieras" que están "imponiendo doctrinas" y "doblegando la voluntad popular" a las democracias. Las medidas contra la crisis que se están aplican en Europa no son "técnicamente inexorables", sino "ideología pura".

          El Barça juega al billar

          El equipo azulgrana cuadra un partido perfecto con cinco goles ante una Real Sociedad que hizo lo que pudo

          RAMON BESA - EL PAÍS- 12/12/2010
           
          Que jueguen a pelo y a ciegas. La hinchada azulgrana no debería preocuparse por la publicidad que llevará su equipo en la zamarra. El fútbol del Barça es tan sabido y está tan aprendido, resulta tan reconocible y admirable, que sus jugadores podrían salir al campo desnudos, o jugar a oscuras si es menester, o se puede apagar la luz, o cerrar los ojos si molesta la nueva camiseta, y no habría dudas de que en la cancha está el FC Barcelona. El talento es contagioso en el Camp Nou. Ahora mismo Pedro parece Messi.
             

            BARÇA 5 - R. SOCIEDAD 0

            Barcelona: Valdés; Alves, Puyol, Abidal, Maxwell; Mascherano (Busquets, m.52), Xavi (Keita, m.67), Iniesta; Pedro (Bojan, m.61), Messi y Villa.
            R. Sociedad: Bravo; Carlos Martínez, Ansotegi, Mikel González, De la Bella; Rivas, Elustondo, Aranburu (Zurutuza, m.56); Xabi Prieto (Sarpong, m.80), Griezmann y Joseba Llorente (Tamudo, m.69)
            Goles: 1-0, m.9: Villa. 2-0, m.33: Iniesta. 3-0, m.46: Messi. 4-0, m.87: Messi. 5-0, m.90: Bojan.
            Árbitro: Fernández Borbalán (C. Andaluz). Mostró cartulina amarilla a Mascherano (m.7).
            74.931 espectadores, en el Camp Nou.

             

             



            Los barcelonistas están en forma y en racha, la sincronización preside sus movimientos y cambios de posición y las triangulaciones resultan precisas y artísticas. Nadie tira las paredes futbolísticas como el Barcelona. Más que un discurso lírico merecen una respuesta matemática. El juego transcurre con una rapidez y exactitud imposibles de defender. El gol se anuncia y se canta prácticamente al mismo tiempo en el Camp Nou. La Real, si acaso, hizo que la victoria azulgrana fuera más bonita.
            La Real es un equipo que cae simpático, quizá porque es agradecido con el fútbol, pelotero, tiene una cantera muy maja, jugadores especialmente interesantes y se bate con nobleza y talento, incluso en el Camp Nou. Al Barcelona le encantan los adversarios que juegan y dejan jugar como el de Martín Lasarte y aplaude a clubes como el de Donosti. La hinchada azulgrana mira a Xabi Prieto, Griezmann y Zurutuza con los mismos ojos que en su día tuvo para Bakero o Begiristain.
            Griezmann, por ejemplo, se arrancó con tal velocidad que a los cinco minutos ya le había sacado una tarjeta amarilla a Mascherano. Joviales, los blanquiazules se desplegaron sin miedo, hasta con atrevimiento, bien organizados y ocupando la cancha de forma muy racional. Nadie hubiera dicho que muchos debutaban en el Camp Nou. Apretaban tan arriba que el campo se le hacía largo al Barça, falto de salida y de combinación, a disgusto aparentemente con el partido.
            A los azulgrana les vino muy bien marcar nada más alcanzar la portería de Bravo. Alves tocó para Xavi, el volante profundizó para Messi, el argentino aceleró para la entrada por la banda de Pedro y su centro del canario lo remató Villa, que no le perdona una a la Real. Una jugada de billar, vertical y precisa, concreta y eléctrica, tan rápida que al árbitro ni siquiera le dio tiempo de pitar un posible fuera de juego previo del asturiano. El gol animó al Barça y para nada desmoralizó a la Real.
            La vitalidad donostiarra exigió la mejor versión de los azulgrana, que defendieron muy bien con Puyol y Abidal, muy rápido y puesto en el encuentro. Ausentes Piqué y Busquets, el Barcelona atacó por fuera, sobre todo por el flanco derecho, la banda del revolucionario Alves y el exquisito Pedro. El canario se agranda con el paso de los partidos por su calidad para definir y también para leer el juego. Ayer estuvo genial en las dos maniobras que propiciaron los goles de Villa e Iniesta.
            Iniesta recibió de Alves en la frontal del área defendida por hasta siete jugadores. El manchego le mandó la pelota a Pedro y echó a correr para recibir la pared en el vértice izquierdo del área. El canario le devolvió el balón de espaldas con el toque justo para que Iniesta le pegara fuerte y seco, al palo del portero. Bravo aplaudió la jugada y el Barcelona cantó el 2-0. Imposible replicar a la velocidad y la precisión de los azulgrana, que juegan de memoria y cada partido se repiten para bien.
            Nunca faltan tampoco los goles de Messi. Los dos de ayer fueron excepcionales, porque en el 3-0 se apoyó hasta tres veces en el omnipresente Alves antes de cruzar la pelota a la red, y en el cuarto recorrió el área grande por dentro, de punta a punta, antes de marcar con su toque suave y delicioso, siempre al palo contrario, ya muy conocido. El juego del Barça es hoy tan estable y tiene tanta continuidad que difícilmente admite réplica en la Liga. Acaso el derbi del sábado se presenta como uno de los partidos más ásperos para el Barça, motivo suficiente al menos para que descansara Piqué, amenazado de sanción.
            Futbolista de sangre caliente, el central sabe bien qué significa el Espanyol, nada que ver con la Real, un contrario a la medida del juego del Barça, por aseado, atrevido y todavía inocente, el visitante ideal después de sumar 13 derrotas en sus últimas 13 visitas. No por repetidas, sus exhibiciones del Barça son cansinas; si acaso pueden ser empalagosas cómo se cuentan, nunca cómo se producen, casi siempre a partir de un fútbol de una técnica y una finura extrema. Vuelve el fútbol total y solidario. Nadie mejor que el perseverante Bojan para poner el punto y final a un triunfo tan repetido que los aficionados ya han memorizado como los jugadores. Todos los partidos son igual de buenos y divertidos por la fiabilidad y calidad azulgrana. Que jueguen a pelo y a ciegas. Nadie tendrá dudas por el sonido del balón de que son el Barça.

            martes, 7 de diciembre de 2010

            El fútbol se rinde a la excelencia del Barça

            EDITORIAL-EL PERIÓDICO DE CATALUÑA- 7 de diciembre del 2010
            El anuncio, ayer, de que el ganador del próximo Balón de Oro, el máximo reconocimiento individual a que puede aspirar un futbolista, saldrá de una terna de jugadores del Barça -Andrés Iniesta, Leo Messi y Xavi Hernández- es la certificación de que el club azulgrana ha alcanzado la cúspide mundial del deporte más popular y de que el gozo por contemplar un equipo deslumbrante como el que dirige Pep Guardiola no se limita a los seguidores azulgranas sino que es compartido por millones de aficionados de todo el planeta.

             El Balón de Oro es este año especialmente importante porque por primera vez la distinción engloba la que ya otorgaba con este nombre France Football y el FIFA World Player que concedía el máximo organismo futbolístico internacional. Tiene por tanto un valor doble. Y otra circunstancia que subraya la relevancia del premio es que solo hay dos precedentes de que el ganador y sus dos acompañantes sean del mismo club. Sucedió en los ya lejanos 1988 y 1989, cuando el gran Milan de Arrigo Sacchi copó el podio con Van Basten, Gullit y Rijkaard. Aun así, cualitativamente la comparación es favorable al Barça: si entonces se premió a tres jugadores holandeses que habían sido fichados por un club italiano cuando ya eran estrellas, Iniesta, Messi y Xavi son producto de la cantera azulgrana, el gran activo estratégico del club.

            A falta de saber quién de los tres se alzará con el Balón de Oro

            Iniesta es quien parece tener más posibilidades por el gol de la final del Mundial-, esta triple distinción llega cuando se acumulan los elogios por el juego del Barça. No es ocioso insistir en que los aficionados de todo el mundo tienen hoy, gracias a la televisión, la fortuna de poder contemplar un equipo con una suma de virtudes que raramente se da en el fútbol: técnica, pero también energía; calidad individual, pero también sentido colectivo; ansia de triunfo, pero también humildad. Hay que disfrutarlo mientras dure. Y desear que esa brillantísima etapa deportiva del Barça, que le granjea muchas simpatías, no se vea empañada por decisiones desafortunadas de la junta directiva, como la que, por ingenuidad o negligencia, casi costó el partido del pasado sábado en Pamplona.

            miércoles, 1 de diciembre de 2010

            La guinda se llama Villa

            El Barça perfecciona el juego de las temporadas anteriores gracias al fútbol asociativo del delantero

            RAMON BESA - EL PAÍS - 01/12/2010
             
             
             
            Acabado el partido, la lluvia fina calaba en el Camp Nou, una invitación más para permanecer en el asiento y rememorar la goleada endosada al Madrid. Ni un rayo, ni un trueno, ningún signo del temporal anunciado desde el Bernabéu, ni rastro de la explosividad del equipo de Mourinho, batido a campo abierto, incapaz de marcar diferencias en las áreas. Carles Rexach aguardaba en su localidad a que escampara porque había ido al estadio en moto y no se quería mojar. Charly estaba muy a gusto porque distintas emisoras de radio le solicitaban sin parar después de que Pep Guardiola le hubiera dedicado a Johan Cruyff y a él ese 5-0.
              El Guaje ha encajado por estilo y carácter mucho mejor que Ibra y compite con Eto'o


              "Ellos dos fueron quienes nos impulsaron a practicar ese juego, los pioneros, ambos nos enseñaron el camino y cuantos les seguimos intentamos no traicionarles", proclamó el entrenador del Barcelona. "Ha sido un espectáculo inolvidable", respondió Rexach. "No sé si ha sido el mejor partido del Barça, pero sí estoy seguro de que es la vez que el Barcelona más y mejor ha bailado al Madrid". Y remachó: "Los dos 5-0 que viví como jugador y entrenador no tienen ni punto de comparación con el del lunes".
              Los jugadores celebraron el triunfo más en la cancha que en el vestuario, sobre todo después del gol de Jeffren, que provocó una piña monumental a pie de campo entre futbolistas, masajistas, técnicos y demás personal azulgrana, una fotografía que certificó la solidaridad del equipo. Hasta Messi estaba contento a pesar de que se había roto su racha de marcar en los últimos 10 partidos. Alguien escribió en la pizarra:
              "Mañana con el Marca, dvd del 5-0". Iniesta envió la fotografía al twitter. Guardiola, mientras tanto, recibía mensajes de felicitación incluso de técnicos españoles y extranjeros. "Sed humildes", les dijo el entrenador a sus jugadores según Mundo Deportivo, "pero el partido que habéis hecho ha sido un puto espectáculo".
              El equipo se ha afinado tanto con el paso de los partidos que a veces alcanza casi la perfección. La jugada previa al 2-0, por ejemplo, fue un catálogo de toques, pases y desmarques, del buen juego de posición, posesión, presión y precisión: 21 toques en 58 segundos entre ocho futbolistas. La acción se repetiría después del 4-0 cuando los azulgrana ya habían superado al Madrid en todos los registros -goles a favor e incluso en contra, puesto que Casillas encajó en un partido prácticamente los mismos tantos que en 12: cinco frente a seis- y solo faltaba el dígito mágico del 5, alcanzado al final con una jug
              ada de dos suplentes como Bojan y Jeffren.


              El segundo gol resume la sinfonía: 21 toques de ocho jugadores en 58 segundos

              La sensación compartida por jugadores y entrenadores es que la actual versión del Barcelona es la mejor, superior a la de la primera temporada de Guardiola -tres títulos más tres al inicio de la siguiente-, y a la pasada de los 99 puntos en la Liga. El propio entrenador certifica la impresión: "Jugamos muy bien, con continuidad, y estamos por encima del nivel de los dos años anteriores". Xavi está de acuerdo con Guardiola: "Para mí somos mejores. El equipo es más maduro y hace mejor fútbol que cuando ganamos el triplete". El factor clave ha sido la incorporación de Villa, el mejor punto y final del equipo, un jugador concreto para un equipo a veces excesivamente retórico. Villa ha encajado momentáneamente mucho mejor que Ibrahimovic y compite seriamente con Eto'o.
              Guardiola ya quiso fichar a El Guaje como sustituto de Eto'o. El problema es que el camerunés solo aceptó jugar en el Inter y la operación llevó a adquirir a Ibrahimovic. Villa ayuda en la presión, ataca el espacio y le
              da profundidad, verticalidad y pegada al Barça, virtudes que también tuvo en su día Henry -uno de sus mejores partidos fue ante el Inter de Mourinho cuando ejerció de falso ariete en ausencia de Messi e Ibrahimovic-. Villa cuenta con el apoyo de los internacionales españoles, sobre todo de Xavi, y se ha integrado en el campo, en el vestuario y en la ciudad después de habilitar una vivienda en la zona alta, nada de una zona costera.
              El asturiano no es egoísta, nunca fue caprichoso y, en cambio, marca goles, reparte asistencias, tria desmarques y se machaca en el gimnasio. Villa entiende sobre todo el juego de Messi, que el lunes ejerció de volante y de enganche, y Messi el de Villa. Así que el Barça jugó muy a gusto y con naturalidad. Nadie habla, sin embargo, de títulos sino de disfrutar y respetar al rival, sobre todo al Madrid. Uno y otro han construido por separado un relato extraordinario. Una vez se han enfrentado, en cambio, la historia la ha escrito el Barça. "Hemos ganado un partido al que el rival daba mucha importancia, como si fuera una final", comentaba uno de los capitanes barcelonistas. "Y de ahí el impacto que ha tenido el resultado. Sabemos, en cualquier caso, que no se disputaba ningún título. Fue el mejor regalo para el 111 aniversario de nuestro club". Villa ni siquiera salió a responder a Mourinho ni a presumir de sus dos goles sino que prefirió el calor de sus compañeros en el vestuario mientras caía lluvia fina en el Camp Nou. No se escuchó ni un relámpago.

               

              El modelo consolidado del Barça gana al proyecto del Madrid. La humildad gana a la soberbia. Xavi, Iniesta y Busquets aplican su ley. El vendaval se moja en la lluvia de Barcelona. Gana la cantera, pierden los millones. Mou acobarda a los suyos y potencia al Barça.

              nuevatribuna.es | José Luis Egido | 30.11.2010



              Cualquiera de estas frases valdrían para titular otra derrota histórica del Madrid ante un inalcanzable Barça que ganó por un contundente 5-0 y porque no quiso más. Antes de comenzar el partido apostaba por un empate a dos goles. Veía a un Madrid fortísimo ante el Barça de siempre. Pensaba que si a los culés no les salía el partido el Madrid les podía pasar por encima. En definitiva me senté ante el televisor para ver un combate de dos colosos. La realidad me apeó de ese sueño.
              Pensaba que el Madrid lo había conseguido todo. Buenos jugadores, el mejor entrenador y un modelo reconocible, mimbres suficientes para tutear al Barça en su propia casa. El Madrid salió acobardado porque su entrenador se acobardó. Echó atrás a Di María y puso a Özil a defender para regocijo de Xavi y los suyos. Resultado: un control apabullante del Barça que en todo el partido jugó como un equipo mientras que el Madrid no jugó ni siquiera con sus famosas individualidades y su contundencia goleadora. El Madrid creía que había hecho su trabajo, eso sí desde la nebulosa de la comunicación, no del fútbol. Después del rifirafe con el Gijón, Mou había calentado todo lo que podía para llevar el agua a su molino, incluso presionó al árbitro. Ni Guardiola, ni su escudero Xavi picaron el anzuelo y se dedicaron a lo suyo. Florentino y Valdano son conocidos expertos en convertir el humo de un cigarrillo en una humareda universal ayudados por un desenfreno millonario. Un modelo que ayer el Barça se encargó de hundir, una vez más.
              En cuanto al partido en sí, dicen los entendidos que un instante, un detalle, condiciona los grandes partidos. Si es así ese momento estuvo en el minuto cinco cuando después de un corner Messi, en un ladrillo del área, donde había siete madridistas con su inexpugnable defensa y su imbatible portero protegiendo la portería, mandó con sutileza una vaselina inalcanzable que dio en el palo y no fue gol de milagro. A mi juicio ahí perdió el partido el Madrid porque les aplicaron el tan cacareado miedo escénico de Valdano. El vendaval arrollador quedaba herido de muerte por su propia medicina. El resto fue coser y cantar, por muy duro que resulte decirlo, a excepción de unos ocho minutos que el Madrid consiguió enloquecer el partido y poner en aprietos al Barça tras el incidente de Ronaldo con Guardiola. Xavi paró el espejismo y volvió el juego a su cauce.
              En cuanto al árbitro, claramente condicionado por el poder del Madrid y de Mourinho, perdonó varias jugadas claves al Madrid, por mucho que se quiera pedir un penalti a CR7 con 2-0 en contra. Hay que agradecerle que aguantara la presión y no expulsara a nadie hasta el minuto 92. El sábado en el partido Atleti-Español un leve empujón del entrenador Quique a un españolista en el suelo fuera del campo le costó la expulsión automática y fulgurante. No se aplicó el mismo rasero en el empujón de CR7 a Guardiola que sólo le costó la tarjeta amarilla. Ni expulsó a Pepe siendo el último jugador cuando Messi se le escapaba en un contragolpe; ni a Carvalho por un codazo al mismo jugador que en otros equipos se considera agresión sin balón. Solo al final se vio obligado a expulsar a un desquiciado Ramos como símbolo del desquiciamiento general del Madrid en el segundo tiempo.
              Respecto al juego, en el primer tiempo el Madrid se echó atrás para robar el balón en el centro del campo y salir como aviones. En el minuto 17 llevaba un palo y dos goles. En toda una declaración de intenciones y de impotencia, en el segundo tiempo Mou cambió a Özil por Lass y adelantó la defensa para presionar más y mejor. Otros dos goles en tres minutos, esta vez al contraataque con el modelo del vendaval. Un minuto después Mourinho escenificó su impotencia y su desquicie al cambiar a la revelación Marcelo por Arbeloa. Con él y Lass más patadas y más desquicie. Quinto gol del canterano Jefren y explosión del globo mediático por todas las costuras.
              Quien haya seguido mis crónicas recordará que me preguntaba hasta cuando le duraría al Madrid ese frenesí desmesurado, ese correr como guepardos, esa presión con turboélice. El partido de ayer dio algunas respuestas. Después del partido del Madrid con el Sportin un jugador gijonés criado en los pechos del Madrid relataba su sorpresa porque no reconocía en el equipo actual el modelo que a él le habían enseñado. Florentino, Valdano, Moutinho y los pectorales deberían pensar en ello.
              Del Barça no he escrito mucho. No es necesario, se explicaron en el campo y después de él. Comparto con Guardiola que un resultado tan abultado está ahí pero es algo engañoso porque no hay tanta diferencia entre los dos grandes. El resto de la liga le dará o quitará la razón. Del resto de la jornada ni a mí ni a casi ningún colega nos queda espacio para escribir. En fin…lo dejo aquí. Señoras, señores, amen la vida, amen el fútbol.

              martes, 30 de noviembre de 2010

              LIGA | BARCELONA 5 - REAL MADRID 0

              De fútbol habla el Barça

              Soberbia lección de juego del equipo azulgrana, que desmonta a un Madrid impotente

              RAMON BESA - EL PAÍS- 29/11/2010
               
               
               
              Los goles caen en el Camp Nou como las hojas en otoño, de manera natural, con la cadencia justa, de forma bella y serena, signo de bonanza y salud futbolística. No hay mejor equipo por ahora que el Barça y cuando se le discute tal condición, en el momento en que más se cuestiona su jerarquía, el rival corre el serio riesgo de ser ridiculizado, como por ejemplo le pasó al famoso Madrid, que cargó con un saco de goles. La propaganda anunciaba que por fin había dado el equipo blanco con el antídoto azulgrana, que Mourinho no es Juande ni Pellegrini ni Schuster, que Cristiano Ronaldo le sacaba dos palmos a Messi, que Özil es la monda y no hay delantero mejor que Di María, que si patatín que si patatán. El día que Real Madrid tenía que ganar el Camp Nou salió marcado con una soberana tunda futbolística.
                 

                Barcelona 5 - Madrid 0

                FC Barcelona: Valdés; Alves, Puyol, Piqué, Abidal; Busquets, Xavi (Keita, m.86), Iniesta; Pedro (Jeffren, m.86), Messi y Villa (Bojan, m.76).
                Real Madrid: Casillas; Sergio Ramos, Pepe, Carvalho, Marcelo (Arbeloa, m.60); Xabi Alonso, Khedira; Di Maria, Özil (Lass Diarra, m.46), Cristiano Ronaldo y Benzema.
                Goles: 1-0, m. 10: Xavi. 2-0, m.18: Pedro. 3-0, m.55: Villa, 4-0, m.57: Villa. 5-0, m. 90+1: Jeffren.
                Árbitro: Iturralde González (col. vasco). Mostró cartulina amarilla a Víctor Valdés (m.32), Cristiano Ronaldo (m.32), Villa (m.34), Pepe (m.36), Messi (m.45), Xabi Alonso (m.51), Marcelo (m.56), Casillas (m.56), Carvalho (m.71), Sergio Ramos (m.73), Khedira (m.75) y a Puyol (m.80). Expulsó a Sergio Ramos (m.92) por
                agredir a Puyol
                Incidencias: 98.255 espectadores asistieron al encuentro correspondiente a la decimotercera jornada de Primera División, disputado en el Camp Nou. En el palco se encontraban, entre otras autoridades, el presidente en funciones de la Generalitat, José Montilla; el vicepresidente en funciones de la Generalitat, Josep Lluís Carod Rovira; y el presidente del Parlament, Ernest Benach.

                Fueron cinco goles y pudieron ser seis, siete, cuatro, tanto da, porque el monólogo del Barcelona fue imparable para el Madrid. Nunca le habían metido un 5-0 a un equipo de Mourinho, del que no hubo noticias en el que fue su estadio en los tiempos de aprendizaje, superado por Guardiola. Desde el liderato de la Liga, invicto hasta anoche, el técnico portugués había cuestionado la trayectoria barcelonista y hasta se había permitido señalar a los árbitros y a los entrenadores rivales como cómplices de la jerarquía azulgrana. Pagó muy cara su bravata porque enfureció al Barcelona, tan suave con su juego y sus goles como colérico en su determinación por la victoria, más enfebrecido que nunca, tan romántico que no se dio por satisfecho hasta que cayó el quinto, el dígito que mejor simboliza su hegemonía futbolística.
                El Madrid se perdió desde la lesión de Higuaín, mal sustituido por Benzema, un delantero que le da grandeza a la alineación a cambio de empequeñecer al equipo, muy desmejorado, excesivamente contemplativo, nada protagonista, siempre espectador. El absentismo y la melancolía del ariete francés fueron contagiosos para el plantel de Mourinho, desbordado por la exuberancia del Barça, muy enchufado en el partido. Achicaban fuerte los zagueros, mezclaban bien los medios y se desmarcaban rápidamente los delanteros, todos muy concentrados y sintonizados en la misma frecuencia, como si hubieran convenido que el partido se decidía en cada jugada. Así que se imponía una defensa sin concesiones, siempre tensa, y una delantera muy concreta, nada retórica.
                La intensidad azulgrana dejó en fuera del juego a los madridistas. Pasado el cuarto de hora, el Barça ya contaba dos goles, los dos inapelables, expresión inequívoca del dominio ejercido por los actores aparentemente secundarios del encuentro, jugadores que a menudo solo cuentan como acompañantes de figuras del calibre de Messi, peleado con la madera nada más empezar la contienda. A la cabeza del pelotón barcelonista está siempre Xavi, excelente en la conducción, barómetro inequívoco del juego, referente del equipo de Guardiola. El protagonismo de Xavi fue tan categórico que se permitió la licencia de inaugurar el marcador con un toque sutil, delicioso, la mejor de las respuestas al centro desde la banda izquierda de Iniesta y a la apurada defensa de Marcelo, vendido por los centrales.
                Al rato repicó Pedro después de un centro malicioso de Villa, de manera que el clásico presumiblemente más igualado de los últimos años se había desequilibrado en un abrir y cerrar de ojos. Acababa el Barça las jugadas mientras el Madrid buscaba munición en las acciones episódicas, siempre fuera de las áreas, su zona preferida. La continuidad en el juego de los azulgrana solo fue interrumpida por Ronaldo, cuando empujó a Guardiola, y por Carvalho, que le dejó el codo en la barbilla de Messi, impaciente por meterse en el partido. Obcecados los madridistas con La Pulga, los barcelonistas marcaron las diferencias con el fútbol de sus medios y el oportunismo de los delanteros, más afilados y agresivos que los del rival, sorprendentemente dóciles, superados por el ímpetu del contrario y la carga ambiental.
                Acostumbrado a atacar en línea recta, el Madrid fue sorprendido por el juego circular y de triangulación del Barça. A Mourinho no le quedó más remedio que recuperar su versión más conservadora, como si hubiera recuperado el traje del Inter después de tirar la zamarra del Madrid. Quitó a Özil, la bandera del futuro más atrevido y excelso del club, para poner a Lass, el símbolo del pasado, el hilo conductor de tantos entrenadores fracasado en Chamartín. Al Barcelona había que jugarle desde la trinchera y no a campo abierto, como un equipo pequeño y no con grandeza, desde el estraperlo y no del intercambio de propuestas futbolísticas. Ni dando un paso atrás atemperó el Madrid la fiebre del Barcelona, soberano, supremo y campeón, más efectivo que nunca, siempre dispuesto a poner punto y final a cada ocasión.
                Desapareció la figura de Cristiano Ronaldo mientras Mourinho se retiraba al banquillo, encogido, incapaz de corregir un partido tan decantado a favor del juego colectivo barcelonista que permitió la defensa de las causas personales, como por ejemplo la de Villa, asistido doblemente por Messi, dos veces goleador el asturiano frente a Casillas. Acostumbrado a resolver los partidos de entretiempo, Messi fue más generoso que nunca la noche del clásico, como se pide a los fuera de serie. El bisturí de La Pulga se impuso al cañón enmudecido de Ronaldo. La velocidad del juego azulgrana cuestionó la calidad física del Madrid y su mejor organización con Mourinho. A los muchachos de Mou les queda todavía muchas sopas por tomar para alcanzar la madurez de los chicos de Guardiola.
                La sala de prensa es propiedad de Mourinho y de Cristiano. El terreno de juego, en cambio, pertenece a Guardiola, Xavi y Messi, que pusieron cinco goles de diferencia en el que se anunciaba como el clásico más igualado de todos los tiempos. Alguien mentía y no era el Barça, más futbolero que nunca, siempre fiable, especialmente querido. No hay mejor respuesta a la mayor de las chulerías que un humillante 5-0. No hubo ni rastro del Grupo Salvaje de Mourinho sino que en el Camp Nou continúan cayendo los goles como las hojas en otoño. El Barça le cierra la boca al Madrid.