El Barça noquea al Madrid con una canasta de Doellman sobre la bocina
Los azulgrana remontan 16 puntos de desventaja y vencen al equipo de Laso, emotivo pero inconsistente
En un duelo bravo y pasional, ciclotímico por momentos y vibrante
siempre, el Barcelona se llevó el triunfo en el clásico europeo
enlazando su segunda victoria consecutiva en Madrid en menos de un mes.
Ganaron los de Xavi Pascual con un lanzamiento demoledor de Doellman
sobre la bocina que coronó una remontada imponente sin Navarro, caído en
combate al comienzo del tercer cuarto. El campeón, espoleado desde la
emotividad y abrazado a la furia que le trajo el regreso de Llull llegó a
ir venciendo por 16 puntos de ventaja antes del descanso, pero en un
final de tanda de penaltis, en el que Pau Ribas embocó sus dos tiros
libre y Felipe Reyes falló una de sus dos opciones, terminó pidiendo
cita para el diván tras la 13ª derrota en 33 partidos.
El Barcelona superó a su rival en velocidad de reacción y, tras el
pistoletazo de salida, firmó un parcial de 2-10 con 8 puntos de
Doellman. Pero el campeón no se sofocó y convirtió la embestida
azulgrana en un espejismo. El conjunto de Laso ajustó las tuercas en
defensa, se entregó a la batuta de Sergio Rodríguez y protagonizó una
oda al propósito de enmienda concentrada en cinco minutos de furia. El
resultado fue una sacudida de 20 puntos (con 7 del Chacho, 5 de Carroll y
4 de Ayón) que dejó grogui a un Barça confiado (20-10, m. 7).
Pascual agitó el banquillo para espabilar a su quinteto y con Ribas,
Oleson y Samuels capeó mínimamente el temporal (22-17). Sin embargo,
para entonces el Madrid ya había recuperado a su pieza más visceral. A
falta de 1m 53s para el final del primer cuarto, Sergio Llull,
recuperado de la lesión en los isquiotibiales del muslo izquierdo que se
produjo en el clásico liguero, puso fin a 25 días de baja sin que la
inactividad dejara rastro alguno en su vigor y puntería. Lo acreditó con
un lanzamiento inverosímil desde ocho metros de su factoría de
imposibles que desató la euforia de la parroquia madridista y puso
colofón al primer acto (27-17).
El parqué del Barclaycard Center se jubilaba tras más de una década
de baloncesto en sus tablas y la pareja de bases del Madrid decidió
abrillantarlo para celebrar su reencuentro. Con 13 puntos del Chacho en
los dos primeros cuartos (impecable en el tiro con tres triples y 5 de 5
en tiros de campo) y 9 más de Llull (13 puntos en 13 minutos en su
expediente total), el Madrid descosió al Barça (35-19, m. 12). La brega
de Felipe en la pintura, con una colección de rebotes de alto standing, y
el martillo de Ayón sirvieron a los blancos para mantener a raya al
equipo de Pascual que no encontraba ni el paso ni la tecla. La
intensidad y la concentración de ambos contendientes quedaron retratadas
en la estadística. Al descanso: 4-0 en robos a favor de los blancos y
siete pérdidas en el casillero azulgrana por tres de su rival. Pero todo
cambió tras el paso por la caseta.
El esmero en la dosificación física de Llull provocó su alternancia
con Sergio Rodríguez en lugar de la habitual compaginación de ambos en
pista para deshacer entuertos mezclando garra y tiento. Ahí se acható la
rotación del Madrid y se reivindicó la del Barça. Cayó Navarro, con
problemas en la rodilla derecha. Pero, primero con Satoransky y Ribas en
la dirección y más tarde con Perperoglou en la ejecución, los azulgrana
ejecutaron la voladura controlada del castillo que había construido el
Madrid con un parcial de 2-20. Del 61-47 del minuto 26 se pasó al 63-67
del 31 tras un triple de Doellman y un mate de Tomic.
Carroll rellenó a toda velocidad la instancia con la que opositar a
héroe de la noche y, con nueve puntos consecutivos colocó al Madrid en
ventaja en plena recta de meta (83-80 a 1m 40s del final). Pero el
Barça, que había olido la sangre, se rearmó para terminar de cazar a su
presa. Las 13 asistencias del Chacho se quedaron pequeñas ante los 24
puntos de Doellman (con un impresionante 6 de 6 en triples). Tras un
carrusel de faltas estratégicas en el que Pascual ganó la partida a Laso
y a Felipe le tembló el pulso, el pívot estadounidense selló el triunfo
azulgrana sobre el alambre. Los de Laso resbalaron en la cornisa.