sábado, 15 de mayo de 2010



EL DIARIO MONTAÑÉS-15.05.10
La comarca más meridional de la región ofrece un paisaje de transición virgen y una ideal combinación de rutas, patrimonio y buena comida para disfrutar de un día inolvidable


Valderredible es como encontrar la tierra prometida, un lugar por descubrir, virgen, con una naturaleza privilegiada y cuyos habitantes mantienen la esencia de la hospitalidad. Para esta gente vivir en comunidad es algo muy importante. El valle vive en común toda esta idiosincrasia». Son palabras apasionadas de la directora de cine Carolina del Prado que le cautivó la comarca más meridional de Cantabria para rodar su ópera prima 'Las tierras altas'. El municipio de Valderredible es el más extenso de la comunidad autónoma, limita directamente con las provincias de Burgos y Palencia está muy cerca de otras localidades importantes en Campoo como Mataporquera. Destaca el patrimonio conservado de las diferentes épocas, la vega del río Ebro, un paraje de excepcional belleza paisajística, el Monte Hijedo, y la rica gastronomía donde las patatas y el lechazo ocupan un lugar de privilegio.
Polientes es la capital de Valderredible. Está situada a 112 kilómetros de Santander y tiene una altitud de 715 metros sobre el nivel del mar. La localidad cuenta con una población de 205 habitantes. Posee varias instalaciones de hostelería así como de hospedaje. Un buen sitio para tomar un aperitivo o comer es el restaurante La Olma.
Destaca en la capital valluca, el Centro de Educación Ambiental (gestionado por Caja Cantabria) que, desde 1992, lleva recibiendo a escolares para fomentar el contacto directo de los niños con el entorno natural, realizar actividades tanto deportivas como de convivencia y de respeto al medio ambiente.
A 5 kilómetros de Polientes se encuentra Ruerrero, otro de los núcleos más importantes de Valderredible. Está prácticamente en la divisoria con Burgos. Celebra el 16 de agosto la festividad de San Roque.Hay en esta localidad un coto de pesca de cangrejo. Aquí se elabora artesanalmente el queso de Ruerrero, con leche de oveja, así como su afamado pan. De su patrimonio arquitectónico destaca la Torre de Ruerrero, una torre-cubo de la época medieval que está declarada Bien de Interés Cultural desde 1992. El pueblo de Ruerrero tiene, además, plaza y calle mayor porticada. La iglesia parroquial está bajo la advocación de Nuestra Señora de las Nieves y data del siglo XVII. Si hay que hacer parada para detenerse a comer, Casa Puri, donde a un precio bastante asequible se pueden degustar los platos más típicos de la zona como el lechazo a la cazuela o al horno, los pimientos rellenos, las patatas al estilo del valle o con chorizo. Como en la práctica totalidad de los restaurantes del valle la comida es casera. Se recomienda probar postres como el arroz con leche, las natillas o las diferentes tartas.
Monte Hijedo
El Monte Hijedo es una gran masa boscosa caducifolia, de las más extensas de Europa, que se extiende como una profunda mancha verde por una ondulada orografía y en su interior se esconden hermosos rincones y una centenaria reserva de tejos autóctonos. Es un lugar que calma el carácter de quien llega. El horizonte es verde y de relieves amables, y el paisaje, suavemente humanizado con pequeños pueblos, produce una sensación de melancolía. Junto al bosque se encuentran grandes extensiones de praderas en las que pastan libremente las yeguas y las vacas con sus crías. El Centro de Visitantes del Monte Hijedo se localiza en la casa-torre de Riopanero. Está abierto del 15 de septiembre al 15 de julio. Se hacen rutas a pie concertándolas por teléfono: 648191761.
Destacan en Valderredible las iglesias rupestres, manifestación de las comunidades cristianas de la época de la Repoblación. En este municipio se concentran prácticamente todas las que existen en Cantabria y su cronología está en torno a los siglos IX y X, cuando las razias árabes todavía eran posibles. El mimetismo de estas iglesias con el paisaje evitaba el que pudieran ser destruidas y era también imposible el quemar su natural estructura. Las más destacadas son las de Santa María de Valverde (donde se puede visitar el Centro de Interpretación del Arte Rupestre), Campo de Ebro, Cadalso y Arroyuelos.
El románico
En Valderredible destacan las numerosas iglesias románicas que se distribuyen a lo largo y ancho del municipio, como son San Andrés, San Martín y Castrillo de Valdelomar, Villanueva de la Nía. Algunas conservan íntegramente su estructura románica, otras solo pequeños detalles como puertas, capiteles o ábsides. Sin duda la obra cumbre del románico en Valderredible y una de las más destacadas de Cantabria es la monumental colegiata de San Martín de Elines, que cuenta con un sencillo y hermoso claustro.
El arte religioso tiene otros hitos. Otras iglesia que merece la pena visitar es, del siglo XVI, la de Susilla, todavía en estilo gótico, de grandes contrafuertes escalonados. En el interior, un valioso Cristo gótico del siglo XIV y retablo principal del siglo XVI con imaginería y pintura. También en Cubillo de Ebro pueden contemplarse otra buena iglesia del XVI, fechada en 1584, con ábside poligonal y tres tramos.
Paraíso de las estrellas, el Observatorio Astronómico de Cantabria es un centro de la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Cantabria, situado en La Lora, que pretende convertirse en un recinto de referencia científico, observacional, didáctico y divulgativo destinado a la astronomía y sus actividadades afines. Las reservas pueden realizarse a través de Internet o por vía telefónica (676965 003), de miércoles a domingo en horario de 12.30 a 14.00 horas y de 18.00 a 20.00 horas.


lunes, 10 de mayo de 2010



No sólo de experiencia vive un técnico





JUANMA ITURRIAGA - París -EL PAÍS- 10/05/2010





El éxito de Pascual representa el valor añadido que a veces supone conocer 'la casa'



La experiencia es un grado. Sin duda. Si se presenta con una buena hoja de servicios, aún más. Pero ni te asegura el éxito ni invalida otros caminos. Será por cierto conservadurismo o por tener a mano la excusa de haber apostado por un gran nombre, la idea de que un gran club o una gran selección deben ser dirigidos por gente baqueteada, talluda y que haya demostrado cómo se gana un gran título sigue siendo predominante, por lo que casos como el de Xavi Pascual, forjado en un modesto equipo de la LEB, el Aracena, y perfeccionado como segundo en el propio Barça, siguen siendo más excepción que regla. Incluso hay que recordar que al ahora exitoso técnico azulgrana le tembló la silla unos meses. Su elección para llevar el timón una vez que la situación con Dusko Ivanovic se volvió irrespirable no se tornó apuesta firme hasta que Ettore Messina rechazó el puesto un año antes de aceptar el del Madrid. Y cuando el CSKA fue verdugo europeo del Barça más de una crítica apuntó hacia la desventaja de Pascual respecto a Messina u otro clásico, Zeljko Obradovic.





Inevitable compararle con
Guardiola. Les une la identificación con su club de toda la
vida




Aunque hubiese algo de carambola, la solvencia y la naturalidad con que Pascual ha manejado el equipo, su entorno, la prensa, los egos y su relación con Chichi Creus desmiente la necesidad de años de formación en la alta competición como única vía hacia los grandes logros y nos acerca a un personaje muy respetable pese a su corta trayectoria. Aunque no le guste en exceso, la comparación con Pep Guardiola es inevitable, pues les une su identificación y compromiso con su club de toda la vida y comparten ideas principales de su filosofía, como la fidelidad a un estilo como base. Ante la experiencia adquirida en otros clubes por los afamados entrenadores, gente como Pascual contrapone un gran conocimiento de los mecanismos de la casa, cuestión importante para entender que Ivanovic triunfe en Vitoria y fracase en Barcelona.
El trabajo de Pascual desde febrero de 2008, cuando relevó a Ivanovic, ha sido impecable. En la inmediata reconstrucción deportiva y anímica de un cojunto en muy mal estado para irlo puliendo y completando en los dos siguientes cursos con ideas y fichajes casi siempre acertados. En su elegante comportamiento, tanto en la cancha como públicamente con sus jugadores o en sus apariciones en los medios, no se le conocen ataques de divismo. Y, por supuesto, en la apuesta por un baloncesto que no se alimente sólo de victorias, sino de juego. Bajo su mando, seguro que más fuerte de lo que muestran sus suaves maneras, el Barça ha vuelto a convertirse en la referencia, cuestión que viene bien para que jugadores desequilibrantes, ante sus muchas opciones, fichen por la tuya.
Con el título de la Euroliga, Xavi Pascual, de 37 años, barcelonés de Gavà, completa una historia que debería servir de ejemplo para algunos clubes y de acicate para un montón de técnicos que se declaran en desventaja respecto a las vacas sagradas de este deporte o, simplemente, los extranjeros.
El éxito es una ecuación compleja y la experiencia es sólo una de sus muchas variables. No estaría de más que no se le diese más valor del que tiene, pues esto limitaría las posibilidades para que los otros Xavi Pascual que habrá por ahí tengan su oportunidad.




Navarro es único.
R. ÁLVAREZ - París - EL PAÍS-10/05/2010
El escolta, que forma un dúo imparable con Ricky, primer español elegido el mejor de la final.




Otra vez juntos en lo alto del podio, otra vez solicitados en pareja por los fotógrafos, seguros de estar retratando al dúo de oro del baloncesto europeo. De Pekín (plata olímpica) a París (Euroliga) pasando por Varsovia (Eurobasket), Las Palmas (Supercopa) y Bilbao (Copa), comparten títulos y distinciones con el Barça y con la selección española. Ricky Rubio y Juan Carlos Navarro, el base de 19 años cada vez más apetecido por la NBA y el escolta de 29 que decidió regresar hace dos de su aventura en Estados Unidos, forman un tándem imbatible.
"Vuelvo para asumir el liderato del equipo, para hacer historia. Y haré todo lo posible para que este club gane títulos", prometió Navarro el 19 de junio de 2008, cuando hizo oficial su regreso al club de toda su vida después de haber competido una temporada con Memphis Grizzlies. Apenas dos años después, Navarro ha cumplido lo prometido. El título en París, con el que encadena todos por los que ha competido con el Barça desde hace un año, empezando por la Liga ACB conseguida la pasada temporada, es especial por dos motivos. Se trata de la segunda corona en la máxima competición europea para Navarro, el único de la plantilla actual que estuvo en 2003 en el equipo entonces dirigido por Svetislav Pesic y con Jasikevicius, Fucka y Bodiroga en sus filas. Y también porque Navarro no guarda precisamente muy buen recuerdo de la final a cuatro de hace un año en Berlín, cuando los árbitros le señalaron muy pronto tres faltas y eso le impidió aportar lo habitual en la semifinal ante el CSKA que acabó suponiendo la eliminación de los azulgrana.
Navarro pasa a ser el único jugador no perteneciente a la antigua URSS o a Yugoslavia que logra la Euroliga, el Eurobasket y el Mundial. Y el único español en ser elegido, ayer, el mejor jugador de la final de la Euroliga. "Este equipo ha conseguido cada reto que se ha propuesto. Me gusta haber ganado este título por mí; por los jugadores, que lo han dado todo para llegar hasta aquí; por la afición, que ha estado siempre a nuestro lado y es muy importante para el club", explica Navarro.
Ricky Rubio lleva ocho meses y medio en el Barça y ha añadido tres títulos más a su colección, la que empezó a gran nivel ganando la Eurocopa y la Copa con el Joventut en 2008. "Fiché por este club para estar en lo más alto. Para mí, es un orgullo llevar un equipo como este. Estoy quemando etapas muy rápidamente y ya he tenido la suerte de jugar y ganar una final a cuatro, que se dice rápido, pero cuesta mucho. Es una enorme alegría", cuenta el base de El Masnou.
Su madurez no deja de sorprender. Se ha enfrentado a los mejores bases y siempre ha salido bien librado. No parece sentir la presión, aunque, tras la semifinal ante el CSKA, reconoció haber pasado algunos nervios. "No he sentido en exceso esa presión. Trato de divertirme y de divertir a la gente. Y trato de ser mejor jugador cada día, que es de lo que se trata", advierte.
La Euroliga ha distinguido esta temporada a Ricky con el trofeo al jugador más prometedor, para el que fue elegido por los entrenadores. Navarro se lleva de maravilla con su compañero. "Es un grandísimo jugador. Es muy fácil jugar con él. Sabe leer muy bien los partidos y a alguien como yo le interesa tener alguien así al lado", le piropea. Ricky no tiene ninguna duda de que Navarro es el jugador franquicia del Barça. "Es el líder. Sabes que es el tipo de jugador que aparece siempre cuando hay partidos importantes", sentencia. Navarro ha sido incluido por la FIBA en el quinteto ideal de la temporada junto a Kleiza, Khryapa, Maric y Teodosic. Y ayer, además, fue elegido el mejor de la final.

BALONCESTO EUROLIGA
El Barça es una apisonadora


ROBERT ÁLVAREZ - París - EL PAÍS-09/05/2010



El equipo de Xavi Pascual abruma al Olympiacos con una formidable lección de juego colectivo y conquista en París su segunda Euroliga


El Barcelona se hizo justicia en París . Donde había caído dos veces en su incesante búsqueda de la corona europea durante casi tres décadas, escasamente retribuida con el título alcanzado al calor del Palau Sant Jordi y de Bodiroga en 2003, por fin desplegó toda la belleza y precisión con la que, hoy por hoy, sólo el conjunto barcelonista es capaz de dotar al juego.




BARCELONA 86 - OLYMPIACOS 68
Barcelona
(28+19+17+22): Ricky Rubio (9), Navarro (21), Mickeal (14), Ndong (7), Lorbek
(8) -cinco inicial-, Fran Vázquez (6), Sada (7), Basile (6), Morris (8), Grimau
(-), Lakovic (-) y Trias (-).
Olympiacos (19+17+14+18): Penn (-), Teodosic
(10), Childress (15), Kleiza (13), Schortsanitis (6) -cinco inicial-, Bouroussis
(9), Papaloukas (12), Halperim (-), Mavrokefalides (1), Vujcic (2),
Vassilopoulos (-) y Beverley (-).
Árbitros: Brazauskas (LIT), Bachar (ISR) y
Chambon (FRA). Eliminado: Kleiza (m.38).
14.768 espectadores en el Omnisports
de París Bercy.




Brillante Navarro -elegido además el mejor jugador de la final, el primer español en conseguirlo-, fantasioso Ricky Rubio, imponente Fran Vázquez, supremo Mickeal y así hasta el último jugador porque sólo con una exhibición colectiva tan impresionante se puede destrozar a un equipo tan lujoso y repleto de figuras como el Olympiacos. La victoria dignificó el juego, el de un equipo solidario en todas las facetas, prolífico en ataque, generoso en defensa, rápido en la transición, paciente y preciso en el movimiento del balón. Ganó el Barcelona , el juego bonito, el buen baloncesto. Y París fue una fiesta.
En siete minutos, el Olympiacos ya se vio obligado al desagradable ejercicio de bregar simplemente por mantenerse en el partido. Vázquez puso cuatro tapones casi consecutivos que causaron estragos y sacaron del partido al colosal Schortsanitis y desesperaron a Kleiza y Bouroussis. Mickeal se movía como una culebra para sacar ventaja de su emparejamiento con Childress y se convirtió en el último destinatario del remolino de pases con los que el Barça reblandecía la defensa griega. Teodosic no podía con la velocidad de Ricky, ni Penn con la constante movilidad y amenaza de Navarro.
El carrusel de cambios no varió el panorama . El Barcelona alineó a diez jugadores hasta el descanso, nueve de ellos anotaron y todos cumplieron con la misión que se les encomendó. Sada, que no había jugado ni un solo minuto en la semifinal, se encargó de reducir los ya previsibles daños de Papaloukas. Aún así, fue Papaloukas, con sus penetraciones a canastas, uno de los pocos que acertó a mantener ligeramente a flote a los suyos, junto al recio pívot Bouroussis. La diferencia fue aumentando hasta los 14 puntos, 46-32, entre otras cosas porque cuando el Olympiacos quiso cerrar la puerta de la cocina para evitar canastas fáciles cerca de su aro los artilleros del Barcelona le endosaron siete triples. Eso fue hasta el descanso, después suma y sigue.
Los griegos no pudieron tirar por la vía del cuerpo a cuerpo y ensuciar el partido porque los árbitros marcaron pronto la línea y el Barcelona no entró al trapo. Todo le salió a pedir de boca a Xavi Pascual, que parecía tener la guía de ruta del partido por mano. Pero Giannakis, fuera por estrategia o porque Teodosic no estaba al 100% aquejado de unos problemas intestinales, le dio unos minutos a Beverly, un base estadounidense que apenas había alineado durante toda la temporada.
Beverly presionó como un poseso a Ricky y robó dos balones que, unidos a un mal tiro de Ndong y un triple fallado por Navarro, desestabilizaron por momentos al Barcelona. Tres minutos le costó sumar su primera canasta en el segundo periodo. El Olympiacos se acercó a cinco puntos (52-47) pero eso fue todo. Sada, Ndong y Navarro volvieron a la carga con los triples que concedía la cerrada defensa griega. No fallaron. Navarro estaba en vena de aciertos, anotó 21 puntos, Mickeal 14, el Barcelona sumó hasta 12 triples y ocho tapones. Colosal.
Giannakis volvió a recurrir a Beverly, esta vez para detener a Navarro. Misión imposible. Volvió la diferencia de 14 puntos (64-50) con la que se asomó al último cuarto. Al Barcelona, con el viento a favor, le bastaba con mantener la velocidad de crucero o simplemente regular. Hizo lo primero con dos robos de balón de Morris y Basile, subió la diferencia a 16, a 19 (71-52). La suerte estaba echada. El Barcelona era campeón y París, una fiesta.


domingo, 9 de mayo de 2010


El triunfo de la compasión.
JESÚS MOSTERÍN-EL PAÍS- 09/05/2010
El mundo está lleno de salvajadas contra humanos y no humanos, pero este hecho lamentable no justifica la tauromaquia. La tradición tampoco puede utilizarse como justificación ética de una práctica cruel


La compasión es la emoción desagradable que sentimos cuando nos ponemos imaginativamente en el lugar de otro que padece, y padecemos con él, lo compadecemos. Hemos empezado a entender el mecanismo de la compasión gracias a Giacomo Rizzolatti, descubridor de las neuronas espejo, que se disparan en nuestro cerebro tanto cuando hacemos o sentimos ciertas cosas como cuando vemos que otro las hace o siente. Las neuronas espejo de la ínsula se disparan y producen en nosotros una sensación penosa cuando vemos a otro sufriendo. Esta capacidad puede ejercitarse y afinarse o, al contrario, embotarse por falta de uso.
Todas las costumbres
abominables, injustas o crueles son tradicionales allí donde se
practican

Los pensadores de la Ilustración, desde Adam Smith hasta Jeremy Bentham, pusieron la compasión en el centro de sus preocupaciones. David Hume pensaba que la compasión es la emoción moral fundamental (junto al amor por uno mismo). Charles Darwin consideraba la compasión la más noble de nuestras virtudes. Opuesto a la esclavitud y horrorizado por la crueldad de los fueguinos de la Patagonia con los extraños, introdujo su idea del círculo en expansión de la compasión para explicar el progreso moral de la humanidad. Los hombres más primitivos sólo se compadecían de sus amigos y parientes; luego este sentimiento se iría extendiendo a otros grupos, naciones, razas y especies. Darwin pensaba que el círculo de la compasión seguirá extendiéndose hasta que llegue a su lógica conclusión, es decir, hasta que abarque a todas las criaturas capaces de sufrir.
El pensamiento indio, y en especial el budismo y el jainismo, consideran que la ahimsa (la no-violencia, la no-crueldad, la compasión frente a todas las criaturas sensibles) es el principio central de la ética. En contraste con el silencio de la jerarquía católica, el Dalai Lama ha reclamado públicamente la abolición de las corridas de toros. Al rey Juan Carlos, ya desprestigiado por sus continuas cacerías, no se le ocurre otra cosa que salir ahora en defensa de la tauromaquia. Más le valdría identificarse con su antecesor ilustrado Carlos III, que prohibió las corridas de toros, que con el cutre y absolutista Fernando VII, que las promovió.
El conocimiento facilita la empatía. Como decía Francis Crick (el descubridor de la doble hélice), los únicos autores que dudan del dolor de los perros son los que no tienen perro. Muchos españoles no dudan del dolor de los perros ni de los toros. Cuando un degenerado cortó con una sierra eléctrica las patas de los perros de la perrera de Tarragona y los dejó desangrarse hasta la muerte, más de medio millón de españoles estamparon su firma en una petición al Congreso exigiendo la introducción del maltrato animal en el Código Penal. En Cataluña todas las encuestas indican una gran mayoría a favor de la abolición de la tauromaquia, solicitada al Parlamento catalán por más de 200.000 firmas. Yo conozco a varios firmantes de la petición; todos lo hicieron por compasión, ninguno por nacionalismo.
Los defensores de la tauromaquia siempre repiten los mismos argumentos a favor de la crueldad; si se tomaran en serio, justificarían también la tortura de los seres humanos. Ya sé que los toros no son lo mismo que los hombres, pero la corrección lógica de las argumentaciones depende exclusivamente de su forma, no de su contenido. En eso consiste el carácter formal de la lógica. Si aceptamos un argumento como correcto, tenemos que aceptar como igualmente correcto cualquier otro que tenga la misma forma lógica, aunque ambos traten de cosas muy diferentes. A la inversa, si rechazamos un argumento por incorrecto, también debemos rechazar cualquier otro con la misma forma. Incluso escritores insignes como Fernando Savater y Mario Vargas Llosa, en sus recientes apologías de la tauromaquia publicadas en este diario, no han logrado formular un solo argumento que se tenga en pie, pues aceptan y rechazan a la vez razonamientos con idéntica forma lógica por el mero hecho de que sus conclusiones se refieran en un caso a toros y en otro a seres humanos.
Ambos autores insisten en el argumento inválido de que también hay otros casos de crueldad con los animales, lo que justificaría la tauromaquia. Savater nos ofrece una larga lista de maltratos a los animales, remontándose nada menos que al sufrimiento infligido por Aníbal a sus elefantes cuando los hizo atravesar los Alpes. En efecto, debieron de sufrir mucho, pero no más que los soldados, la mayoría de los cuales no lograron sobrevivir a la aventura italiana del caudillo cartaginés. Si esto fuese una justificación del maltrato animal, también lo sería del maltrato humano y de la agresión militar. Vargas Llosa pone el ejemplo de la langosta arrojada viva al agua hirviente para dar más gusto a ciertos gourmets. Esto justificaría las corridas, pues también las langostas sufren. También es cruel la obtención del foie-gras de ganso torturado, pero por eso mismo el foie-gras ya ha sido prohibido en varios Estados de EE UU y en varios países de la UE. En cualquier caso, sabemos que los toros sienten dolor como nosotros, pues el sistema límbico y las partes del cerebro involucradas en el dolor son muy parecidos en todos los mamíferos. El neurólogo José Rodríguez Delgado hizo sus famosos experimentos para localizar los centros del placer y el dolor en el cerebro de toros y hombres y no encontró diferencias apreciables. Desde luego, el mundo está lleno de salvajadas y crueldades contra los animales humanos y no humanos, pero este hecho lamentable no justifica nada.
El Chile admirado por Vargas Llosa
prohibió las corridas hace dos siglos, a la par que la
esclavitud
Se aduce que la tauromaquia forma parte de la tradición española, como si lo tradicional fuera una justificación ética, lo que obviamente no es. Todas las costumbres abominables, injustas o crueles son tradicionales allí donde se practican. Vargas Llosa siempre ha polemizado contra la corrupción y la dictadura en América Latina, pero ambas son desgraciadamente tradicionales en muchos de esos países. También ha puesto a Chile como ejemplo a seguir por los demás países sudamericanos. Pero Chile prohibió las corridas de toros hace ya dos siglos, el mismo día y por el mismo decreto que abolió la esclavitud.
Antes los caballos salían a la plaza de toros sin protección alguna y durante la suerte de varas casi siempre acababan destripados y con los intestinos por el suelo. Por otro lado, como los toros no querían combatir y huían, les introducían en el cuerpo banderillas de fuego (petardos que estallaban en su interior y desgarraban sus carnes), a ver si así, enloquecidos de dolor, se decidían a embestir. En 1928 al general Primo de Rivera se le ocurrió invitar a una elegante dama parisina, hermana de un ministro francés, a una corrida de toros en Aranjuez. Cuando la dama empezó a ver la sangre brotar a borbotones, los intestinos de los caballos caer a su lado y los petardos estallar dentro de los toros, casi le dio un patatús de tanta repugnancia e indignación como le produjo el espectáculo. El general, avergonzado, ordenó al día siguiente que se cambiase el reglamento taurino, suprimiendo los aspectos que más pudieran escandalizar a los extranjeros, a quienes se suponía una sensibilidad menos embotada que a los aficionados locales.
Los toros pertenecen a la misma especie que las vacas lecheras, aunque no hayan sido tan modificados por selección artificial. Son herbívoros y rumiantes, especialistas en la huida, no en el combate, aunque en la corrida se los obligue a defenderse a cornadas. Los taurinos dicen que la tauromaquia es la única manera de conservar los toros "bravos". Pero hay una solución mejor: transformar las dehesas en que se crían (a veces de gran valor ecológico) en reservas naturales. Algunos añaden que, puesto que no se ha maltratado a los toros con anterioridad, hay que torturarlos atrozmente antes de morir. ¿Aceptarían estos taurinos que a ellos se les aplicase el mismo razonamiento?
Los amigos de la libertad nunca hemos pretendido que no se pueda prohibir nada. Aunque pensamos que nadie debe inmiscuirse en las interacciones voluntarias entre adultos, admitimos y propugnamos la prohibición de cualquier tipo de tortura y de crueldad innecesaria. Si aquí y ahora hablamos de la tauromaquia, no es porque sea la única o la peor forma de crueldad, sino porque su abolición ya está sometida a debate legislativo en Cataluña. Si allí se consigue, el debate se trasladará al resto de España y a los otros países implicados. No sabemos cuándo acabará esta discusión, pero sí cómo acabará. A la larga, la crueldad es indefendible. Todos los buenos argumentos y todos los buenos sentimientos apuntan al triunfo de la compasión.
Jesús Mosterín es catedrático de Filosofía en la Universidad de Barcelona.