martes, 13 de diciembre de 2011

Pobreza y gasto social.

J.Manuel Marañón-Ejecutiva de CC OO de Cantabria- Fundación 1º de Mayo.-El Diario Montañés-13-12-2011

La pobreza es una situación que se da como resultado de causas sociales que se centran en la estructura de oportunidades de la población y en la cantidad y la calidad de la educación y la formación. En este sentido, es importante destacar el papel que tienen las políticas públicas en la lucha contra este fenómeno y en el fortalecimiento de la cohesión social.
Está en situación de pobreza la población cuyos ingresos están por debajo del 60% de la mediana de la renta disponible neta por persona y en situación de pobreza severa la población con ingresos por debajo del 40%.
Analizando los últimos datos disponibles sobre la situación de la pobreza y del gasto social en la Unión Europea y España podemos hacer tres consideraciones:

1. La crisis económica se está traduciendo en un aumento de la pobreza en la UE. España registra una mayor incidencia relativa de la pobreza que la media europea.
La población europea ha visto empeorar sus condiciones de vida y la cobertura de sus necesidades sociales. En concreto, la situación de algunos países es particularmente negativa, como por ejemplo, aquellos que se han incorporado recientemente a la UE.
Las personas en riesgo de pobreza representaban, en 2009, el 16% de la población de la UE-15, lo que supone un incremento de un punto porcentual con respecto al registrado en el año 2000. En España, la tasa de pobreza relativa ha aumentado 1,5 puntos porcentuales, pasando del 18 al 19,5%.
En 2009, destacan particularmente el conjunto de países que se han incorporado recientemente a la UE, que registran tasas de pobreza elevadas (entre el 20 y 25%). A este grupo de países le siguen otros como Grecia (19,7%), España (19,5%), Italia (18,4%) o Portugal (17,8%).
La población en situación de pobreza severa representaba, en el año 2009, el 5,3% de la población de la UE-27. En el caso particular de España, este indicador ofrece uno de los mayores incrementos al pasar del 6% en el año 2000 al 8,3% en 2009.
Es decir, que los datos muestran que España se encuentra a la cabeza de los países de la UE en los que existe un mayor porcentaje de la población que se encuentra en riesgo de pobreza y en situación de pobreza extrema. Además, también destaca por ser uno de los países de la Unión donde existe una mayor desigualdad en la distribución de los ingresos de la población (índice Gini), siendo sólo superada por Letonia, Lituania, Portugal, Rumanía y Grecia.

2. La pobreza no es uniforme, existen colectivos más vulnerables.
Las mujeres, los niños, las personas desempleadas, las que tienen un menor nivel de formación o las de más de 65 años sufren en mayor medida las situaciones de necesidad.
Las mujeres tienen un mayor peso en las situaciones de pobreza que los varones. En 2009, un 17% de las mujeres de la UE se encontraba por debajo del umbral de la pobreza, frente al 15% de los varones. Por países, los porcentajes oscilan entre el 27% de las letonas y el 10% de las holandesas. En el caso de las españolas, este porcentaje roza el 20%.
Atendiendo a los distintos grupos de edad, también se constata que el 19% de los menores de 16 años de la UE se encuentra en situación de pobreza. En este caso, los niveles de pobreza van desde el 32% de Rumanía hasta el 10% de Suecia. En España alcanza al 23% de los jóvenes. Lo mismo sucede con las personas de más de 65 años que, en 2009, alcanzan una tasa de pobreza del 17,8% para el conjunto de países de la UE-27. En España esta tasa es del 25%.
Tampoco hay que dejar de mencionar que existen diferencias según el nivel de estudios de las personas. En la UE, las personas con estudios primarios o secundarios de primer ciclo reflejan una tasa de pobreza comparativamente superior (23%) a aquellas que han alcanzado los estudios superiores (7%). En el caso de España, las personas con menor nivel de estudios registran tasas similares a la media europea, siendo ligeramente más elevadas en los niveles de estudios superiores. 

3. Existen diferencias significativas con respecto al gasto social en la UE.
El gasto social (protección social y educación), en la UE, representaba el 30% del PIB en 2007. España sigue situándose a gran distancia de esta cifra, aunque es cierto que forma parte de un conjunto de países en los que ha crecido ligeramente a lo largo de la última década. Dinamarca (37%) y Francia (36%) alcanzan los mayores niveles de gasto social en toda la UE. En el extremo opuesto, se sitúan Letonia (16%) y Estonia (17%). España se situaba en el 25%.
En 2008, en la UE-27 se gastaban en protección social 6300 €/habitante. De esta manera, se pueden destacar algunos países con un gasto por habitante en protección social (educación no incluida) superior al conjunto de la UE, tales como Luxemburgo (13800 €) o Países Bajos (9000€). Países como Irlanda (7000) o Italia (6800) tienen un gasto por habitante cercano a la media europea. Un tercer grupo es el compuesto por países con un gasto en protección social algo inferior a la media europea, por ejemplo, Grecia (5900) o España (5700). Un último grupo de países son aquellos con un gasto en protección social inferior a 2000€/habitante, como Rumanía (1700) o Bulgaria (1600).

Desgraciadamente, la perspectiva del gasto social a corto plazo apunta a un descenso significativo del mismo, con importantes repercusiones en la cobertura de las necesidades sociales de la población.
Por contra, es imprescindible desplegar mecanismos que afronten las situaciones de necesidad desde una perspectiva integral. A corto plazo, es urgente abordar las carencias coyunturales asociadas a la crisis.  Pero como la pobreza tiene un carácter estructural, es obligado plantearse medidas a largo plazo que aseguren la igualdad real de oportunidad para toda la población. Por esto mismo, deberían, por ejemplo, reforzarse las políticas educativas como un elemento clave para combatir la transmisión intergeneracional de la pobreza, preservando en todo momento la cohesión social y generando una recuperación económica y de empleo duradera en el tiempo. Esto significa que las políticas sociales deben asumir un papel central en la redistribución de la riqueza, para mejorar de forma significativa las condiciones de vida de las personas, asegurando el pleno ejercicio de los derechos y libertades sociales.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Iniesta pone al Madrid a sus pies

El Barça, guiado por el arte del manchego y un Messi genial, logra remontar un gol de Benzema a los 21 segundos con un segundo tiempo primoroso

JOSÉ SÁMANO - El País- - 11/12/2011
 
 
Al mejor Madrid de la etapa de Mourinho también le dio un revolcón el Barça con más dudas en la era Guardiola. Con ese cartel llegaron uno y otro al clásico, que de un plumazo borró las etiquetas. Cara a cara, de nuevo los azulgrana fueron superiores. Esta vez fue una victoria más meritoria si cabe que las anteriores. El Barça, alejado en la clasificación, se vio con un gol en contra a los 21 segundos, con lo que ello supone en Chamartín. Le costó despegar, pero, en las malas, encontró el mejor socorro posible: Messi. Al argentino se le fue agregando el coro, con Iniesta a la cabeza, que dejó un segundo tiempo para el Museo del Prado. El Bernabéu, como ya hiciera en su día con Ronaldinho, le despidió con honores. Con el baile de Iniesta, el Barça brindó por el fútbol con un segundo tramo soberbio, sin conceder verbo alguno a su rival, que arrancó con fuego y acabó rendido.

    R. MADRID, 1 - BARÇA, 3

    Real Madrid: Iker Casillas; Coentrao, Pepe, Ramos, Marcelo; Xabi Alonso, Lass (Khedira, min.63), Özil (Kaká, min.58); Di María (Higuaín, min.68), Cristiano y Benzema.
    Barcelona: Víctor Valdés; Alves, Piqué, Puyol, Abidal; Busquets, Xavi, Iniesta (Pedro, min.89); Alexis (Villa, min.84), Cesc Fábregas (Keita, min. 78) y Messi.
    Goles: 1-0. Min.1. Víctor Valdés falla en un pase sencillo con el pie en su área y Benzema abre el marcador a los 25 segundos. 1-1. Min. 29. Alexis, de fuerte disparo, cruza el balón a Iker y empata a pase de Leo Messi.1-2. Min. 52. Marcelo desvía una volea de Xavi y marca en propia meta. 1-3. Min. 66. Cesc, de cabeza, a pase de Alves desde la derecha.
    Árbitro: David Fernández Borbalán (Comité andaluz). Mostró cartulina amarilla a Xabi Alonso (26'), Lass (61'), Pepe (62'), Sergio Ramos (69'), del Real Madrid y a Alexis (27'), Messi (36'), Piqué (48'), del Barcelona.
    83.500 espectadores en el Santiago Bernabéu.
     

    Hasta que el Barça de Iniesta enmarcó el fútbol tras el receso fue un partido con curvas iniciales, lo que no hacía presagiar el desenlace. En un parpadeo marcó Benzema. Al Barça, a rebufo en la Liga, se le salió la cadena: al equipo más paciente del mundo le entró el vértigo. El resultado fue un conjunto más impreciso de lo habitual. Lo suyo contribuyó el Madrid, que se plantó como en la ida de la Supercopa, con el macizo muy cerca de Valdés para evitar que los azulgrana colonizaran el balón desde su línea defensiva. Al primer ahínco, el Madrid hizo bingo. Valdés, que suscita tan pocas dudas con los pies como con las manos, falló un despeje. Di María, siempre dispuesto para sacar tajada, recibió el regalo y, tras un rebote favorable a Özil y un segundo rechace para suerte de Benzema, llegó el gol del francés.
    El Barça notó la descarga, encapsulado por su adversario, que por momentos convirtió Chamartín en Vallecas. Ni una rendija para el Barça, agobiado a cada paso. Pocos equipos le hacen estar tan a disgusto como cuando el Madrid le lleva al rincón y aprieta el colmillo ante sus zagueros. Ese era el plan de Mourinho, el mismo que en el primer acto de la final de la Copa, también un calco del Madrid de la Supercopa. No hubo tridente: Özil desplazó a Khedira y Lass dejó el lateral a Coentrão. El Madrid se dispuso a morder con mucho hueso, pero con gente de enorme caché para la segunda jugada, para explotar cada birle de pelota.
    El Barça, un equipo que privilegia su inagotable veta de volantes, no encontraba a sus centrocampistas. Por entonces, aún levitaba Iniesta; Cesc, futbolista para todo, no estaba en nada y no había rastro del periscopio de Xavi. Abrumado el equipo visitante, el Madrid, poco a poco, gestionó mal su ventaja. Quiso negociar el tanto de Benzema y, minuto a minuto, se sintió complacido con simplemente desteñir al Barça. El Madrid era capaz de cortocircuitar a su contrario, pero le faltaba pujanza ofensiva. Salvo un remate alto de Cristiano, que no dio una puntada a Di María, que llegaba solo por su derecha, en la primera parte, el Madrid nunca exigió a Valdés con las manos, mucho más apremiado el meta con las botas. Al rescate azulgrana acudió Messi, una pésima noticia para el Madrid y cualquier adversario. Estrangulado el equipo en el eje, el argentino se saltó el manual. Sin pistas del Barça académico, posesivo y paciente, Messi metió el turbo. Casillas le frustró con una parada formidable. No hubo quien le frenara, centrocampistas o defensas, al filo de la media hora. Esprintó desde su campo mientras se desparramaban madridistas a su alrededor y a mil por hora encendió las luces para filtrar un pase a Alexis entre Pepe y Coentrão. El chileno, que en el día grande desplazó a Villa, remató con potencia y precisión. Un premio para el sudamericano, que se desplegó con enorme energía. Tiene el vigor de Eto'o y una potencia descomunal. Y Messi ya le tiene por socio.
    Al hilo de La Pulga, para el que Mourinho reclamó una expulsión que no procedía en absoluto, el Barça se desempolvó y, poco a poco, se fue pareciendo a sí mismo. Como su ideario es indiscutible, el conjunto catalán mantuvo la fe, empeñado en encontrar su distinguido molde. No quiso ser otro Barça, sino el Barça de siempre. Y lo logró. De vuelta del descanso, irrumpió en su papel estelar. El mejor Xavi, el que hace que el fútbol gire a su alrededor como un reloj; el mejor Iniesta, que dio el do de pecho con un segundo tramo celestial; el mejor Cesc, ese jugador versátil al que pocos adivinan por dónde llegará -no hay futbolista con tantos puestos-; el mejor Alves, ya rema que rema con una defensa de tres. Todos se sumaron a la causa de Messi, el mejor con el peor Barça y con la misma excelencia en la crecida azulgrana. Con todos en combustión, el grupo de Guardiola gobernó con autoridad todo el segundo tiempo, hizo un rondo ante un Madrid que perdió depósito. Es sofocante, inhumano incluso, perseguir y perseguir barcelonistas durante hora y media cuando estos imantan la pelota y esta les obedece. Apareció el Barça del toque a toque, con la pausa necesaria y el pistón a punto. Irresistible para el Madrid, que donde el Barça encontró a Messi nunca tuvo el lazo de CR, que, con el paréntesis de la final de Copa, otra vez estuvo fuera de foco en un clásico.
    Con los de Guardiola tocando los violines, el Madrid perdió físico y fue un conjunto tironeado. Lo contrario que el Barça, que anudó el balón hasta que Xavi logró un gol tan rebotado como el inicial de Benzema. Su disparo desde larga distancia, en dirección a Casillas, lo desvió Marcelo. Sin demora, Alves lanzó un centro combado y Cesc llegó al segundo palo para dejar sonado al Madrid con un cabezazo. Fin para el clásico, un clásico que siempre llevará el apellido de Iniesta, un Nijinsky con botas. Un repertorio infinito: con su capacidad para ventilar rivales, el Barça fue profundo; con su angular para tejer el juego, el Barça encontró su discurso. Iniesta tiene de todo. En medio del recital del manchego, para descalabro de Coentrão, el Madrid se sostuvo como pudo hasta el último suspiro, sometido por completo, solo alterado por el enésimo papel de Pepe como forajido. Por suerte para el fútbol, nadie se condujo por su vía camorrista. Esta vez el clásico se cerró con un gesto de cordura y sensatez: Mou saludando por iniciativa propia a Tito Vilanova. Un gesto de nobleza del portugués, que corrigió en público su pública afrenta en la Supercopa. Un broche señorial para un partido que dejó al líder a los pies de Iniesta y al Barça de vuelta a sus orígenes. En Madrid, con todo en contra, se buscó a sí mismo hasta que se encontró. Su rival le anuló parcialmente, pero este Barça tiene cuerda, mucha cuerda.