domingo, 1 de noviembre de 2009




PASIEGOS- LOS POBLADORES-TIPOLOGÍA.
De la web de José Manuel García Diego- www.garcia-diego.com
Un rasgo fundamental en el carácter del pasiego y que le diferencia de los habitantes de sus vecinos de valles cercanos es su manera característica de hablar, más cerrada que la del resto de los cántabros; su vestimenta, conservada hasta no hace mucho; su trasiego de cabaña en cabaña en busca del pasto de sus propias y generosas praderías. El pasiego desconfiado puede existir en la realidad, pero su amabilidad para las personas que ya conoce y su sinceridad cuando no sospecha que está sirviendo de objeto de curiosidad y observación son mayores que las de muchos otros pueblos con fama de hospitalidad.

El carácter del pasiego podemos verlo reflejado en la siguiente opinión de García-Lomas en su libro LOS PASIEGOS : " ..pues es "vox populi" que son individuos muy despejados, que duermen con un solo ojo, y que bostezan poco, como suele decirse; siendo capaces de desenvolverse con buen discernimiento y provecho en cualquier negocio, por peliagudo que sea, si lo toman por su cuenta." .
El carácter individual y autónomo de los pasiegos se manifiesta especialmente en su aversión a sentirse encuadrado en cualquier situación que le obligue a actuar como un autómata. Esta individualidad puede observarse en su rechazo a todo lo que signifique cualquier tipo de cooperación. Ese rasgo de autonomía ha hecho que nadie recuerde haber visto a ningún pasiego pedir limosna.

Pocos son los que trabajan para otro o una empresa. Es conocida su aversión a la institución militar, y cierta cantidad de triquiñuelas utilizadas para librarse del servicio militar. Desde antiguo han existido especialistas entre ellos en enseñar a sus vecinos en edad de reclutamiento a utilizar todo tipo de artimañas como por ejemplo simular ataques epilépticos, haciéndose pasar por "tochos", paciendo para parecer anormales, etc.
Una parte de este carácter emprendedor y liberal hace de ellos que tengan grandes dotes como comerciantes. En el libro citado García-Lomas dice: " No se puede, en efecto, admitir a jumo de pajas la superioridad moral del comerciante de cualquier raza sobre el comerciante pasiego; éste tenía siempre crédito por su formalidad y exactitud en la paga, en Santander, en Torrelavega y otros puntos de la provincia, y los fabricantes catalanes preferían surtir, y lo hacían más prontamente, a los pasiegos que a los que no lo eran. La verdad es que saben mañearse en sus negocios y les basta una pieza de tela y una vara de medir para lanzarse al mundo y progresar honradamente. Con su temple de colonizadores, donde caen fundan un comercio invariablemente, aunque sea en medio del desierto, comprando y vendiendo con artes lícitas. Superdotados de inteligencia práctica y de facultad asimilativa, parece talmente como si poseyeran el sésamo que les abre todas las puertas para aquellas actividades."
De la misma forma que es verdad que los pasiegos son extraordinariamente desconfiados - "desconfiables" - con aquellas personas a las que no conocen, puedo decir a sensu contrario que son extraordinariamente confiados y amigos de sus amigos. No son gente que se ofrezcan con facilidad , pero cuando lo hacen son leales a carta cabal. Son ,asimismo, muy herméticos en cuanto a carácter, poco "cuentilisqueros", especialmente cuando están en un medio que no es el suyo.
Valga el siguiente sucedido:-¿Conoce Vd. a Pedro Ruiz Barquín?-Con esi nombri no asela en estas branizas ningún pasiego.-El caso es que quería comprarle unas cuantas ovejas a buen precio.-¿No será que tenga algún llamatu como toos los de aquí, y sea Pedru el de Guzparras el que busca?-Pues creo que sí.-Enestonces...¡no he de conoceli, siñor! (Contesta con una carcajada eufórica) ¡Si esi soy yo! ¿No vei las mis ugüejinas y tres corderucius?
Gente poco dada a ser censados, figurar en padrones o votaciones, campañas, etc. Yo recuerdo en una de las múltiples campañas de saneamiento ganadero emprendidas por las autoridades de sanidad pecuaria, que varios veterinarios y funcionarios fueron un domingo a comer a la plaza de la Vega. Era marzo y aún estaba todo el ganado en la parte baja del pueblo. Manifestaron de forma "inocente" que el lunes siguiente comenzarían dicha campaña. Cual no sería su sorpresa cuando llegados el lunes no encontraron vaca alguna en todos los alrededores.
Tal vez una de las claves para entender su prosperidad ,o al menos en parte, pueda explicarse por su costumbre secular a prestarse dinero al margen de los establecimientos de crédito - téngase en cuenta que el que esto escribe fue director de la Caja de Ahorros de la Vega de Pas durante cuatro años - . Esta modalidad de préstamos "entre vicinus" tradicionalmente era suscrito con un simple apretón de manos, y pactado a un tipo de interés sensiblemente menor que los ofertados por la "competencia" financiera de los bancos. Actualmente, y desde hace unos años cada vez son más los que utilizan soporte escrito para estos préstamos, que incluso tienen su propia redacción, que se respeta siempre: "Soy en deber a Fulano de tal...". No se conoce ningún pasiego que sin papel o con él haya negado un dinero prestado.
Estos préstamos "entre vicinus" es seguro que han sido el germen sobre el que se han fraguado grandes fortunas y negocios, en España y en otros países. Como ejemplo digamos que a finales de los setenta y principios de los ochenta, - mi época en la zona - los pasiegos prestaban el dinero al 6% y la Caja de Ahorros al 18%, lo cual creo que puede aclarar definitivamente el asunto.
Creo que la mujer pasiega merece capítulo aparte en esta breve descripción de la tipología pasiega. Hemos dicho que el pasiego acude a las ferias, es quien lleva los asuntos del ganado, los administrativos (el banco, la seguridad social, etc.), pero si es cierto que detrás de todo buen hombre hay una gran mujer, cabría aquí sin duda decir parafraseando el conocido dicho que detrás de todo buen pasiego existe una buena pasiega.

Y es que estas mujeres, además de atender a todas las tareas de la ocupación familiar, atender a las vacas, belortear, segar, etc se ocupan del resto de las ocupaciones familiares.
Todos somos conscientes, y hemos aprendido a valorar cada vez más el trabajo arduo que supone atender una familiar y una casa, esa ocupación que antes casi era menospreciada hoy está profundamente revalorizada en nuestra sociedad actual. Pues ahora les pido a todos que sean capaces de apreciar el trabajo de una pasiega que "muda" constantemente con las vacas, los enseres y la familia de una cabaña a otra, no tiene luz eléctrica con lo cual debe lavar, cocinar, etc con métodos prehistóricos. Además suele criar a lo largo de su vida entre 4 y 7 hijos.
Condenada a permanecer en un segundo plano toda su vida, muchas veces lleva a sus espaldas el trabajo más duro de las vacas.
No debe pasarse por alto que, aunque pocos, los hombres tienen alternativas de ocio, jugar la partida en el bar, algún tipo de deporte autóctono como el salto pasiego, bajar a la feria, etc , para ellas no hay alternativas de ocio. Son las grandes olvidadas de esta cultura y me parece por ello que merecen un homenaje, que yo desde luego, por haber convivido con ellas algunos años, las brindo desde estas líneas.
Dice García-Lomas: " La mujer de las villas pasiegas es generalmente robusta y recia como el hombre, y participa del mismo carácter caviloso y reservado que éste.... Es de buena estatura, por lo general airosa y cimbreante, de contingente varonil sin llegar a "hembra varona" o marimacho, sino viril, sin ser virago. Está avezada a la fatiga y es por extremo andariega. De fisonomía agradable e incansable en sus expediciones."
Son rápidas de reflejos e inteligentes, cualidades estas que por permanecer en ese segundo plano, podrían pasar inadvertidas. Muy ocurrentes, se cuentan muchas historias de su sagacidad. Cuenta García-Lomas:
"Hallábase en Villacarriedo un viajante catalán qu quiso divertirse a costa de una pasiega que acertó a pasar por allí conduciendo del ramal a un borrico cargado con dos cuévanos llenos de cabritos. La pasiega llevaba un lechal a la espalda y éste iba balando a más no poder. El catalán con mueca burlona lanzó a la pasiega esta pulla a quemarropa:
--Oye, pasiega, dale de mamar al niño, que va llorando.
--¡Non s’apuri, siñor, qui no tien hambri!
--Dale de mamar y verás como calla.
--¡Non, siñor, es que berra el probi porqui goye hablar al cabronucio de su padre!, riéndose.
Yo recuerdo una anécdota de una jovencita, que llevando del ramal una vaca por la plaza de la Vega, fue preguntada por el párroco:
--¿Dónde vas con la vaca, guapa?.
--A llevála al toru, siñor cura.
--¿Y eso no puede hacerlo tu padre?
--No siñor, tien que ser el toru.
Esa agilidad de pensamiento, un tanto pícaro a veces, es común denominador de estas gentes que aunque a algunos les parezca que se ríen de ellos, suele ser al revés.

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