domingo, 15 de noviembre de 2009



PASIEGOS: COSTUMBRES.


De la web de J.Manuel García Diego-www.garcia-diego.com



La Plaza es el lugar de reunión de los comarcanos. A ellas acuden de los barrios dispersos, ya que podemos decir que son el centro social, comercial, administrativo y religioso donde solucionan sus gestiones y problemas. En el reposo de la taberna, los hombres hablan de sus cosas y tratos ante el vaso de vino; juegan la partida, al tute, la flor o el "resto".

Antiguamente, en estas plazas eran muy típicos los mercados, a los que las pasiegas bajaban de los barrios balanceando sus cuévanos sobre sus trabajadas espaldas, herméticos "containers" de madera de avellano que ocultaba a la vista sus mercancías hasta que "posaban" y extendían sus clásicos "quesucos", mantequillas caseras que ahora ya no se venden.

En cambio si es abundante la elaboración de "sobaos" y "quesadas", exquisitas especialidades de la Vega, que han traspasado ya nuestras fronteras regionales, de la mano de los industriosos y emprendedores pasiegos, convirtiéndose en los dulces más representativos de toda Cantabria.

Las ferias son "cosa de hombres" especialmente. El ganado es la vida del pasiego, en lo cual es auténtico especialista, habiendo conseguido una raza de ganado frisón de producción lechera que tiene justa y merecida fama entre los tratantes de otras provincias que visitan nuestro ferial de Torrelavega. Sin embargo la vaca original pasiega no es ésta sino una de raza "rojina", más pequeña de color avellana, que producía menos cantidad de leche, pero de una extraordinaria calidad, con la que se elaboraban los "quesucos" a los que hacíamos referencia más arriba.

Fueron los pasiegos de los primeros que importaron vacas suizas y holandesas, dedicándose a su cría y comercio, aunque dejando, desgraciadamente, desaparecer su raza autóctona de "rojinas". Desde el otoño a la primavera, las vacas están en las praderías más bajas, próximas a la Plaza. A partir del mes de abril, cuando la nueva hierba empieza a retoñar, el ganado sale a las "fincas", a pacer al aire libre, de abajo a arriba hasta llegar a las "branizas".
Una costumbre fundamental en la vida del pasiego es una determinada forma de trashumancia. En esta mudanza, o "muda" como se dice aquí, viaja toda la familia de una a otra cabaña. Es espectacular ver a una familia pasiega de "muda", a lomos de yeguas, con toda la familia, el ajuar, la cama y los enseres más imprescindibles. Yo no olvidaré nunca algunas de las múltiples "mudas" que he visto, en las que incluso "mudaban" al cerdo, - "chon" -, ya de 3 o 4 arrobas en un cuévano.

Sin embargo no puede confundirse la "muda" con la trashumancia, ya que aunque de forma cíclica el pasiego no "muda" nunca fuera de sus dominios. Es precisamente el cerdo la base de la alimentación pasiega, junto con algún cordero, así como la leche y sus derivados. Téngase en cuenta que el pasiego, generalmente no puede tener huerta donde plantar sus hortalizas, ya que la huerta comienza a plantarse en la época en que este debe "mudar", de una cabaña a otra.
Un niño pasiego describía así la muda en los años 40 recogido en la obra "La Muda" de Angel Ortíz Arroyo: "La muda es una costumbre en la vida de los pasiegos. Cuando hay que cambiar de casa las vacas, hay que coger todas las cosas y llevarlas también. Así al empezar el verano hay que mudar a la braniza, y es la muda más larga y que más cuesta porque hay que llevar todas las cosas para pasar todo el verano. La noche de antes se suelen preparar todas las cosas. Se mete la ropa en sacos, las mantas, las sábanas... Se cogen todos los calderos, las palas de la cuadra, los medicamentos de las vacas, pucheros, platos... A otro día, bien de mañana, se carga la burra, se le ponen encima todas las cosas y muy importante es el gato, que se mete en un saco y se ata por arriba y se cuelga en la burra"
También las gallinas dan guerra para mudarlas, se les atan todas las patas, y se meten con los cuévanos de la burra y por arriba se tapan para que no salten. Después viene lo más importante. Hay que empezar a "empialar" las vacas y no puede faltar el campano de muda o de esquila. Cuando están todas las vacas en su "cibía" y su "pial", se abren los portillos y salen todas las vacas y la burra y si hay chon también sale el chon. En la primera fila va el "apiador" y todas las vacas detrás en cuerda hacia la braniza a pasar todo el verano, para después en agosto volver a repetir la muda para abajo".
De la pureza de raza y salud tradicional de la raza pasiega dan buena fe las famosas nodrizas pasiegas. Teófilo Gautier, poeta romántico francés dice: "...vi en el Prado algunas pasiegas de Santander..., reputadas como las mejores nodrizas de España, y el cariño que profesan a los niños es proverbial, como en Francia la probidad de los Auvergnats. Estas mujeres son muy bellas y tienen un sorprendente aspecto de fuerza y grandeza. La costumbre de mecer a los niños en sus brazos les da una actitud combada que va bien con el desarrollo de su pecho.
Tener una pasiega con su traje era una especie de lujo..." Cuenta también el poeta como las pasiegas que iban hacia la Corte llevaban perros o gatos pequeños a los que daban de mamar para no quedarse sin leche en el camino. Este prestigio de la nodriza pasiega viene de antiguo, y era tal su prestigio en las mejores casas, incluso el Palacio Real que el propio Diccionario de la Real Academia llegaba a equiparar los conceptos de "ama de cría " y el de "pasiega":

Nodrizas famosas fueron: Inés Laso de la Vega de Pas de D. Enrique el Doliente de la casa de Trastamara, María Sierra Penagos, de Totero del Infante Don Jaime de Borbón y Battemberg. Constantina Cañizo, de Miera del Infante don Juan de Borbón y Battenberg, María Gómez de la Vega de Pas de Alfonso XII, Rosalía Sáinz de Pisueña, príncipe de Asturias (hijo de Alfonso XIII), Manuela Cobo de San Roque de la Infanta María de la Paz, entre una lista interminable de nodrizas que según la Comisión de la Real Casa para elegir nodriza al futuro regio vástago, debía tener el siguiente perfil:
De diecinueve a veintiséis años de edad.
Complexión robusta y buena conducta moral.
Estar criando el segundo o tercer hijo; es decir que habrá otro u otros dos partos.Leche lo más de 90 días.
No haber criado hijos ajenos.
Estar vacunada.
Ni ella ni su marido, ni familiares de ambos, habrán padecido enfermedades de la piel.
Será circunstancia preferente que la ocupación de su marido sea la del cultivo del campo.



Como se puede ver duro perfil que cumplían a la perfección las jóvenes pasiegas que cuando abandonaban su tierra:
Adiós San Roque y San Pedro que yo me voy a criar;Virgen Santa de la Vegano me dejes de amparar.San Juan el de Resconorio,San Roque de RiomieraSan Pedro del Romeral,y la Virgen de la Vega.

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