domingo, 7 de junio de 2015

Un Barcelona insaciable gana su quinta Champions

Los azulgrana logran el triplete y el pentacampeonato en Europa tras deshacerse de una combativa Juve gracias a los tantos de Rakitic, Luis Suárez y Neymar en una final que Morata discutió con el gol del empate

 

Los jugadores del Barcelona celebran la Champions / Michael Sohn (AP)

Tricampeón y pentacampeón. El Barcelona logró anoche su quinta Champions (1992, 2006, 2009 y 2011 fueron las anteriores) y se convierte en el único equipo de fútbol en la historia que ha ganado en dos ocasiones la triple corona (2009 y 2015). Europa se ha teñido de azulgrana, los colores del Barça, desde la conquista de París hace nueve años. Luego cayeron Roma y Londres, y anoche el Barça también venció en Berlín a un coriáceo Juventus (3-1), en una excitante final saldada con goles de Rakitic, Luis Suárez y Neymar, contestados con uno de Morata, el delantero español del conjunto italiano, que durante un tramo de la segunda parte hizo concebir esperanzas a su equipo.
Messi no es Ronaldinho. Al nuevo rey del fútbol no le distrae nada que no sea la pelota, dispuesto a reconquistar el Balón de Oro ahora que ha descubierto que su gloria será mayor si se acompaña de estrellas como Luis Suárez y Neymar.
A nadie le sorprendió la coronación del Barça, obsesionado con el triplete y entregado a tres delanteros que salen a copa por barba, ni una ni dos sino tres, como si estuviera escrito en el guion de la temporada tras la caída de Anoeta en enero, vigilia de Reyes.

Juventus, 1-Barcelona, 3

Juventus: Buffon; Lichtsteiner, Barzagli, Bonucci, Evra (Coman, 89); Marchisio, Pirlo, Pogba, Vidal (Pereyra, m. 79); Tevez y Morata (Llorente, m. 85). No utilizados: Storari; Ogbonna, Padoin y Sturaro.
Barcelona: Ter Stegen; Alves, Piqué, Mascherano, Alba; Rakitic (Mathieu, m. 91), Busquets, Iniesta (Xavi, m. 77); Messi, Suárez (Pedro, m. 96) y Neymar. No utilizados: Bravo; Rafinha, Bartra y Adriano.
Goles: 0-1. M. 4. Rakitic. 1-1. M. 55. Morata. 1-2. M. 68. Luis Suárez. 1-3. M. 97. Neymar.
Árbitro: Cüneyt Çakir (Turquía). Amonestó a Vidal, Pogba y Suárez.
Lleno en el Olympiastadion: 74.244 espectadores.
No estaba preparado para perder el Barcelona. El favorito se impuso prácticamente por inercia en Berlín. Hay partidos cuyo desenlace está tan cantado que conviene reparar en la trama, incluso cuando se sabe también que el protagonista será Messi. El 10 apareció como pasador y como rematador para resolver una final muy bien jugada por la Juve, un equipo duro de pelar por más que no se le quite la cara de eterna subcampeona de la Copa de Europa. A la Vecchia Signora no le alcanzó con haber visualizado muy bien el encuentro ni con la portentosa actuación de Pogba y Buffon. La solemne actuación italiana agrandó el triunfo que se daba por descontado en el bando del Barcelona
El Barça no entró bien al partido, sobre todo Mascherano. Las pifias del Jefecito obligaron al equipo a ganar seguridad a partir de una larga posesión, del toco y me voy y vuelvo para ofrecerme de nuevo, una jugada marca de la casa, aprendida en La Masia. El efecto del pase multiplicador no inquietó a la Juve hasta que el balón llegó a Messi. El 10 se arrancó con un cambio de orientación de derecha a izquierda para Alba, tuvo que bascular la zaga bianconera, el lateral tocó para Neymar, profundo sobre Iniesta y el volante, pausado y clarividente, asistió a Rakitic. Una jugada preciosa por la suavidad de los medios y la agresividad de los delanteros del Barcelona.
Nadie retrató mejor la impotencia de la Juve que Vidal, superado y reiterativo en las faltas, duro ante el juego asociativo del Barça. Los azulgrana no supieron rematar el partido en un excelente cuarto de hora por la falta de precisión y también por la intervención de Buffon. Aunque a los muchachos de Allegri les costó sobreponerse a la lucidez de Messi, ya se sabe que nunca se van de un partido, siempre encuentran aire en una jugada o en un futbolista, también en Berlín. Atacaron bien al Barça con la presión alta, las transiciones de Pogba y las apariciones de Morata. A los bianconeri sólo les faltó contundencia en el área, para exigir a Ter Stegen.
Nunca fue fácil jugar contra la Juve, un equipo que hace quedar mal a cualquier rival, también al Barça, expuesto a situaciones de riesgo por la capacidad de los italianos para salir del acoso azulgrana y también para apretar la línea de pase de los zagueros y del portero del Barça. Menguaron las aceleraciones de Messi y los barcelonistas se encomendaron a Iniesta y Busquets, sobresalientes al inicio, en los momentos de plenitud, y hasta el descanso, cuando se estiró la Juve. A los barcelonistas les costaba tener fluidez, dar continuidad al juego, siempre trabado en la medular por la fiereza física de los medios de Allegri.
Al Barça no le salía bien el rondo para superar el acoso de la Juve, y se manejaba mejor en las contra, mal rematadas por Luis Suárez, bien defendidas por Buffon. El despliegue de Rakitic y el juego al espacio de los delanteros permitieron entonces ganar aire al Barcelona tras unos momentos de desconfianza por el orgullo competitivo de la Juve, experta en apretar, robar y correr, como quedó constatado en el gol de Morata.
Alves y Neymar perdieron la bola ante Lichtsteiner, jugó muy bien Marchisio, remató a gol Tévez y no perdonó Morata. La intensidad de la Juve contrastaba con la desorientación del Barça. La tensión exigía una concentración máxima, un ejercicio psicológico extremo, mucha paciencia, un terreno más propicio para los italianos que para el Barcelona. La agresividad bianconera provocó multitud de jugadas divididas, siempre ganadas por la Juve, que reclamó un penalti a Pogba antes de que reaparecieran Rakitic y Messi. A la carrera del croata siguió una tremenda conducción del 10 cuyo disparo rechazó Buffon. La pelota, sin embargo, quedó muerta y a merced de Luis Suárez. El uruguayo ofició en el 1-2 igual que Morata en el 1-1.
El tercero tardó en llegar porque la pelota dio en la mano de Neymar antes de acabar en la portería de Buffon y a Piqué se le escapó un remate sencillo en el área pequeña de la Juve. La entrada en escena de Xavi por el excelso y agotado Iniesta, calmó el partido para suerte del Barcelona y destempló a la Juve. No le quedó más remedio a Allegri que tirar del juego directo, defender con tres y atacar con tres, reforzada la delantera con Llorente y hasta Coman. Luis Enrique respondió con Mathieu. Los cambios solo sirvieron para certificar el éxito del Barça en el descuento con un gol de Neymar. El triplete exigía un tercer gol para coronar la fiesta del nuevo pentacameón de Europa reflejado en la estampa de su capitán Xavi.

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