Y Messi pidió perdón a Neymar
El Barcelona supera con facilidad al Levante gracias a un triplete de La Pulga, y a los tantos del brasileño y Luis Suárez
Ramon Besa El País
15 FEB 2015
Messi pidió ayer perdón a Neymar. No atinó el 10 en dos jugadas preciosas del 11.
La definición parecía tan sencilla, necesaria después de las deliciosas
conducciones del brasileño, que el argentino bajó la cabeza y se
lamentó por los fallos, la mejor manera de rendir homenaje a un excelso
Neymar. Nadie hubiera dicho que Messi metió tres goles más en su partido
300 de Liga. El gesto del argentino después de una tarde de nuevo tan
fecunda subraya la grandeza de la actuación del brasileño, autor del
1-0, aclamado por la hinchada cuando fue sustituido por Luis Suárez. No
quiso ser menos el uruguayo, que se sumó a la fiesta con un gol de
tijera precioso, el quinto, muy celebrado por la hinchada, tan contenta
que coreó el nombre de Luis Enrique.
Barcelona, 5 - Levante, 0
Barcelona: Bravo; Montoya, Bartra, Mascherano, Adriano; Rakitic (Sergi Roberto, m. 57), Busquets, Xavi; Pedro, Messi y Neymar (Luis Suárez, m. 67). No utilizados: Ter stegen; Piqué, Rafinha, Alba y Mathieu.
Levante: Mariño; Iván López, Navarro, Ramis, Toño; Simão, Diop (José Mari, m. 79); Xumetra, Barral, Morales (Jason, m. 71); y Uche (Casadesús, m. 57). No utilizados: J. Fernández; Vyntra, Rubén y Juanfran.
Goles: 1-0. M. 17. Neymar. 2-0. M. 38. Messi. 3-0. M. 59. Messi. 4-0. M. 65. Messi, de penalti. 5-0. M. 73. Luis Suárez.
Árbitro: Melero López. Mostró la cartulina amarilla a Ramis, Barral, Busquets.
Camp Nou: 74.963 espectadores.
La pareja Neymar-Messi fue tan diabólica como agradecida resultó la
entrada de Suárez. El fútbol del Barça gira alrededor de Messi, con dos y
tres delanteros, tanto da, imparable como va el equipo desde Anoeta. Ya
suma 11 victorias seguidas, tantas como las que consiguió el equipo de
Guardiola en la temporada 2008-2009, sólo superadas por las 18 de los
tiempos de Rijkaard. El Barcelona está en racha y en el estadio se
cuentan los goles, los puntos, los récords, las marcas y los kilómetros
de los jugadores como si con la gastroenteritis de Messi se hubiera
evacuado la porquería acumulada en el Camp Nou. Juega el Barça con
velocidad, precisión y energía, lozano físicamente y rico
futbolísticamente, feliz por tener a Messi y Neymar.
No es fácil encontrar el punto a las rotaciones por más necesarias
que sean, sobre todo cuando se avecina la Champions, se disputan las
semifinales de la Copa, se remonta en la Liga y al Camp Nou llega el
Levante, un equipo que jamás ganó en el estadio y compite por evitar el
descenso, mejor organizado desde la llegada de Lucas Alcaraz. Luis
Enrique tocó todas las líneas, hubo hasta ocho jugadores nuevos, diez
futbolistas ocuparon posiciones distintas respecto al partido del
Villarreal. Hay muchas cosas negociables en el barcelonismo salvo la
alineación de Messi. Y el 10 formó de falso 9 en
ausencia de Suárez, suplente con Piqué y Alba, sancionado Alves,
constipado Iniesta. No importó en un equipo embalado; cayó otro saco de
goles: 5-0.
No disminuyó la intensidad del equipo, ni tampoco la atención
defensiva, y menos su efectividad: convirtió en gol su primer tiro a
portería, la ocasión más clara, pasado el cuarto de hora, cuando Neymar
embocó sorprendentemente un centro cruzado desde la derecha de Messi. El
10 se cansó de ejercer de 9, volvió a vestirse de 7 y su pase fue muy bien interpretado por el 11,
espléndido en el desmarque, certero en el toque sin dejar que botara la
pelota, no se sabe muy bien si queriendo o por fortuna, certero en el
globo que superó al portero y provocó la admiración de Pedro. El
canario, muy listo en su función de ariete, se quitó de la jugada para
que el árbitro no pudiera pitar fuera de juego, mientras el suspense se
apoderaba del Camp Nou.
Neymar ya lleva tantos goles como el Levante: 17. Errático el
miércoles en la Copa, fallón incluso desde el punto de penalti, el
brasileño recuperó la verticalidad y la chispa en la Liga. A cada córner
del Levante, y se contaron hasta cuatro en media hora, seguía la
carrera a campo abierto de Neymar. Las conducciones, los cambios de
orientación y las asistencias del 11 fueron tan naturales y
desequilibrantes que Messi se disculpó después de marrar dos tiros
sencillos, menos complicados del que metió al lado del palo derecho de
Mariño. Bartra adelantó la línea de presión, robó el cuero a la salida
del área y habilitó al 10, cuyo remate cruzado con la derecha resultó imposible para el portero del Levante.
Messi ya lleva 37 goles de los 110 del equipo, un número
extraordinario que celebró como Dios manda, después de una excelente
actuación en un partido sencillo por la poca exigencia del Levante.
Inofensivo ante Bravo, tampoco pudo cerrar el marco de Mariño,
desbordado por la carrera de Neymar, las recuperaciones de Bartra o la
inteligencia de Messi. No necesitaron los azulgrana ni la mejor versión
de Xavi. Igual de efectivo en corto que en largo, resolutivo
posicionalmente o en carrera, siempre con el punto de tensión necesario
para marcar las diferencias en los momentos importantes del partido, el
Barcelona deleitó a los muchos niños presentes en el Camp Nou.
Los goles fueron cayendo sin parar, a cual más bonito, hasta el 5-0.
El tercero fue estupendo por la apertura de Busquets, el centro sin
parar de Pedro y el remate de Messi. El morbo del cuarto estuvo en el
penalti de Iván López a Neymar. Ayer Messi no admitió discusión, como el
miércoles cuando delegó en el brasileño, sino que tomó el cuero y lo
metió en la red de Mariño. Y hubo mucho jolgorio por el quinto:
Mascherano abrió para Adriano y el centro del brasileño desde la
izquierda fue rematado de cuchara por Suárez. Un golazo para cerrar un
encuentro estupendo para el Barcelona. Ahora mismo todo funciona a pedir
de boca en el Camp Nou. Tanto que Messi pide perdón a Neymar cuando
falla un gol en una tarde en que metió tres del 5-0.
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