domingo, 20 de marzo de 2011

Las dos pasiones de una mujer valiente

  

ELVIRA ONTAÑÓN -PÚBLICO-17/03/2011

La muerte de las personas que forman parte del entorno de nuestra vida supone un impacto. Sobre todo, si es algo inesperado, como ocurre en este caso para mí.
Josefina fue una persona valiente, animosa, ejemplo de las mujeres que salieron adelante en condiciones difíciles y supieron elaborar su propia personalidad. Su matrimonio con el escritor Ignacio Aldecoa, cuyo apellido ella conservó siempre, fue cortado por la prematura muerte del esposo.
Educar a través de las bibliotecas le parecía un acierto de la República
Pero a veces las cosas breves, si tienen intensidad suficiente, producen una huella imborrable, como es este caso. Josefina había entrado en contacto con el círculo de escritores con inquietudes afines a su marido, y no pudo salir del mundo literario, a través de una serie de interesantes novelas en las que se translucen los temas que preocupaban a la autora: familiares, sociales, especialmente los cambios de costumbres y mentalidades, pero creo que, ante todo, le preocupaba la educación.
Su novela Historia de una maestra, que a mí me lleva siempre a pensar en Mi diario, de María Sánchez Arbós, presenta los problemas, ilusiones, proyectos y ansiedades de alguien que cree firmemente en la enseñanza, teniendo que luchar contra todo tipo de dificultades y cortapisas, pero encontrando siempre compensación en la propia labor.
Josefina Aldecoa se sentía mujer de la Institución Libre de Enseñanza y a sus principios trató de adaptar su obra educativa digna de admiración que queda plasmada en el colegio Estilo que su hija continúa: un colegio pequeño, cuidado, que busca más siguiendo la tradición institucionista educar que instruir. Creo que ella disfrutó mucho con el colegio y estaba satisfecha con su labor.

Historia de una maestra' es la novela de alguien que cree en la educación

Otro de sus puntos de admiración hacia la Institución Libre fueron las Misiones Pedagógicas, tan activas en la provincia de León, origen familiar de Josefina. Educar proporcionando bibliotecas le parecía uno de los grandes aciertos de la República y probablemente lo fue. Bibliotecas que llegaban a los pueblos más apartados y lugares más recónditos, como fueron precisamente las localidades de la Cabrera Leonesa, donde tuvieron que ser transportados en mulos porque era el único medio.
Josefina Aldecoa fue una gran comunicadora, sabía transmitir sus opiniones y sus aspiraciones, y tenía don de atracción para los demás. Pienso que llevó una vida plena en la mayor parte de los aspectos humanos y que fue capaz de hacer realidad sus proyectos. Debe ser recordada por su capacidad de realizar sus grandes pasiones: la literatura y la enseñanza.

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