lunes, 1 de noviembre de 2010

Decenas de miles de personas despiden a Marcelino con gritos de "Marcelino vive, la lucha sigue"



Decenas de miles de personas, muchas de ellas enarbolando banderas de CCOO y del PCE, han despedido a Marcelino Camacho, acompañado el coche fúnebre desde un abarrotado salón de actos de la sede de CCOO de Madrid - de donde salió el féretro acompañado de los acordes de la Internacional - hasta la Plaza de Alcalá, donde se le ha rendido un emocionado homenaje. De fondo, siempre presentes su famosos palabras: "Ni nos domaron, ni nos doblaron, ni nos van a domesticar".

El compañero Marcelino ha recibido esta mañana un multitudinario y cariñoso homenaje por parte de familiares, compañeros, camaradas y amigos en la Puerta de Alcalá, donde el cortejo fúnebre ha hecho una parada, antes de ser enterrado en el cementerio civil de La Almudena, muy cerca de Dolores Ibarruri, Pablo Iglesias o Julián Besteiro.



Poco antes, un abarrotado salón de actos de la sede madrileña de CCOO había gritado con fuerza y emoción cuando salía el féretro"¡Viva Marcelino!, ¡Viva Josefina!, ¡Viva el socialismo!, ¡Viva el Partido Comunista!, ¡Viva Comisiones Obreras!, ¡Viva la República!". De allí a la Plaza de Alcalá, escenario de muchos de sus mítines de Marcelino en el Primero de Mayo, en un recorrido en el que participaron muchos marcelinos, y en el que incluso en el servicio de orden organizado para cuidar del desarrollo de la marcha, compuesto de veteranos sindicalistas y muchos jóvenes, podía verse la emoción y en las caras y lágrimas en sus ojos.
El acto de homenaje, que arrancó con los acordes de Viaje a Ítaca, la canción de Lluís Llach que ruega que sea largo el camino, lleno de aventuras, lleno de conocimientos, fue presentado por la escritora Almudena Grandes, quien definió a Marcelino como "mucho más que un hombre bueno" y "uno de los verdaderos padres de la democracia que hoy disfrutamos".
A continuación, intervino Marcel Camacho, quien hizo un entrañable repasó de la vida de su padre, su paso por la prisión y campos de trabajo.
El secretario general del PCE, José Luis Centella, por su parte definió a Marcelino Camacho como "un corredor de fondo, siempre adelante, siempre a la izquierda"; un "sindicalista sin matices, sin dobleces, y un comunista de una pieza", y  aseveró que "hay que seguir la lucha porque no hemos alcanzado los objetivos. Y seguir la lucha significa mantener el ejemplo de coherencia que ha dado Marcelino Camacho". "Eso significa no doblegarse ante el capital, no dejarse domesticar por los poderosos". Señaló.
En su intervención, el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, definió a Camacho como "un ejemplo de coherencia" y "una de esas personas irrepetibles, de las que vienen unos pocos en un siglo". El secretario general de CCOO destacó finalmente el "legado insuperable" de Marcelino, así como sus "enseñanzas que se deben proyectar hacia el futuro". "CCOO es su gran legado a la sociedad española democrática", añadió Toxo.
El acto, al que asistieron entre otros el coordinador general de Izquierda Unida (IU), Cayo Lara; el diputado de IU, Gaspar Llamazares; el ex secretario general del PCE, Santiago Carrillo; el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, así como los ex secretario generales de CCOO, Antonio Gutiérrez y José María Fidalgo, y otros dirigentes del sindicato como Julián Ariza y Nicolás Sartorius, y de UGT, como su secretario general, Cándido Méndez, y el ex secretario general Nicolás Redondo, se cerró con la música de la Internacional, que los asistentes corearon con el puño en alto y ondeando banderas rojas del PCE y de Comisiones Obreras.  
 

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