domingo, 26 de septiembre de 2010

Iniesta se viste de Messi

 

El Barça aprovecha la expulsión de Amorebieta para mostrar su gran superioridad ante el Athletic


EDUARDO RODRIG. ÁLVAREZ - Bilbao - EL PAÍS- 26/09/2010


 
El Barcelona ganó con claridad y dio un recital de juego en San Mamés (1-3), donde impuso su ley después de quedar en superioridad numérica debido a la temprana expulsión de Fernando Amorebieta en el minuto 34 del choque. El conjunto de Pep Guardiola aprovechó esa fase de juego con el Athletic en inferioridad para adelantarse con tantos de Keita y Xavi, ambos en la segunda mitad, en los minutos 54 y 73.

       

      Athletic 1 - Barcelona 3

      Athletic Club: Iraizoz; Iraola, San José, Amorebieta, Aurtenetxe; Gurpegui, Orbaiz (Ocio, min.46), Javi Martínez, Gabilondo; Igor Martínez (De Marcos, min.46) y Llorente (Iturraspe, min.68).
      FC Barcelona: Valdés; Alves, Piqué, Puyol, Adriano (Maxwell, min.46); Busquets, Keita, Xavi (Thiago, min.81); Pedro, Iniesta (Bojan, min.81) y Villa.
      Goles: 0-1, min.54: Keita. 0-2, min.73: Xavi. 1-2, min.89: Gabilondo. 1-3, min.92: Busquets.
      Árbitro: Mateu Lahoz (Colegio valenciano). Expulsó a Amorebieta, en el minuto 34, por una dura entrada a Iniesta, y a Villa, en el 86, por una agresión a Gurpegui. Además, mostró tarjeta amarilla al local Aurtenetxe y al visitante Piqué.
      Incidencias: Unos 36.000 espectadores en San Mamés. Noche fresca y lluviosa. Terreno de juego irregular y castigado por lluvia caída. Realizó el saque de honor Angela Hilton, hija de Mr. Pentland, el legendario entrenador del Athletic en los años 20 y 30 del Siglo XX. Quinta jornada de liga.

      Honró el Athletic esta semana la memoria histórica de sus socios y aficionados y remató su tiempo de justicia y de nostalgia honrando a Mr. Pentland, su técnico mítico de los años 20 del pasado siglo con la presencia de su hija, Angela Hilton. Todo un canto a las esencias, tan asumido que en honor de Pentland llovió, como no podía ser menos ochenta años después de la histórica victoria 12-1 frente al Barcelona. En tiempos de novela histórica, el Athletic se agarró al pasado. Porque ha llovido desde Mr. Pentland hasta Caparrós y también desde aquel Barça circunstancial al de Guardiola. Cada uno se mira las venas, y por las del Athletic fluye esa sangre ardiente y por la del Barça la sangre fría del pase milimetrado. Diferencias de carácter, no de actitud. De hecho, la presión del Barça era más asfixiante que la del equipo rojiblanco. Lo sutil no es enemigo de lo recio. Y por eso se adueñó el Barça del partido en apenas unos minutos. Y por eso lo entregó el Athletic, porque lo recio, por mucho homenaje a Mr. Pentland que se haga, no siempre es suficiente.
      Cada uno fue fiel a sus principios. Guardiola, sin Messi, mantuvo su estilo, su psicología, y simplemente cambió de galones. Los del argentino se los dio a Iniesta, para que hiciera lo que quisiera y envolviese a la defensa rojiblanca. Y consiguió un par de engarces, uno de ellos salvado por el poste en el remate de Villa, encargado de mezclar con el albaceteño. Caparrós prescindió de la agilidad de Susaeta para apostar por el músculo de Gurpegui en su afán por cerrar la autopista del centro del campo. Los tres del Barça y los tres del Athletic eran solo iguales en número, no en aptitudes. Cada cual a lo suyo.
      Y llovía, en honor a Mr. Pentland y a su hija presente para que el pasado reviviera en cada gota de agua, cada vez más persistente como tan ausente era el ataque del Athletic, anulado Llorente por Piqué. Agua para todos, pero balón para uno. Y tan mojadas estaban las ideas que Mateu Lahoz se puso exquisito con una entrada de Amorebieta a Iniesta, dura pero no violenta, que convirtió en expulsión y en factor definitorio del juego en el minuto 34. El Athletic asumió la inferioridad numérica, como había aceptado la psicológica, pero rearmó su autoestima, la cultura del esfuerzo. El Barça se enfrentaba a sí mismo: tenía el balón de salida, tres cuartos del campo y además superioridad numérica. A veces no es fácil asumir la superioridad y tuvo que ser un error de cálculo de San José en el fuera de juego el que habilitó el gol de Keita en pleno monólogo barcelonista.
      Y llovía en honor de Mr. Pentland, al que el Athletic homenajeó con un disparo al poste de San José antes de que marcara Keita, para que siguiera pensando aquello de que eran once aldeanos. Pero el partido era algo desigual. Iniesta tenía más sitio para brillar y encubrir el trabajo oscuro de Xavi y asistir a Villa como incordio habitual de los defensas rojiblancos. Iniesta se encontró en una pradera plácida, espaciosa, frente a un Athletic que no sabe especular ni con 11 ni con 10. Iniesta era más Iniesta que casi nunca, aunque sus habilidades estuvieran mitigadas por la inferioridad numérica y psicológica, y por lo tanto futbolística.
      La segunda mitad fue un monólogo abusivo, una sucesión de ocasiones del Barça, un avasallamiento, sobre todo por el costado de Alves que, sin embargo, moría en la orilla, para desesperación de Guardiola, que no encontraba el segundo gol de la tranquilidad. Y llegó Xavi y encontró un disparo y una chepa de un defensa para sancionar un partido con mucha historia en los prolegómenos (80 años de una goleada, Mr. Pentland, su hija, la memoria histórica), pero un presente abrumador que revela la distancia entre ambos equipos. Hasta Caparrós interiorizó la derrota cuando decidió cambiar a Llorente por Iturraspe, pensando en el próximo partido y dando por muerto el presente. El Athletic, a duras penas aguantó 34 minutos, hasta que Amorebieta se fue a la ducha. Y luego hubo de todo. La injusta pitada a Iniesta, la absurda expulsión de Villa por una tontería suya, a partido ganado, con Gurpegui. Y el gol de De Marcos. Y el de Busquets. Cosas que pasaban y no pasaban con Mr. Pentland hace un siglo.

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