sábado, 26 de junio de 2010


Las lealtades de Antonio Gutiérrez
* Amalia Álvarez -NUEVATRIBUNA.ES - 23.6.2010
Ayer Antonio Gutiérrez hizo un ejercicio de coherencia y lealtad consigo mismo, un gesto que debería ser respetado. Penalizarle por esto sería empobrecer la democracia.
“La lealtad al grupo que le ha acogido es obligada”. Es una frase que induce a la reflexión, especialmente por la persona que la ha pronunciado, el portavoz parlamentario del grupo socialista, y por la persona a la que va dirigida, el diputado socialista Antonio Gutiérrez, después de que este anunciara “una discrepancia puntual muy importante” que le llevaría a abstenerse en la votación sobre la reforma laboral el día 22 de junio de 2010.
En el momento de escribir estas líneas no se cual será el alcance real de la frase. Pero el tono es cuanto menos sorprendente ¿Quiere esto decir que cuando alguien es acogido por un grupo está obligado a aceptar cualquier cosa, a defender una determinada línea política y la contraria, aún cuando se produzcan cambios bruscos de pensamiento y actuación? Creo que no. Dudo de que sea esto lo que ha querido decir el portavoz del grupo parlamentario socialista José Antonio Alonso, que es un demócrata convencido e ilustrado, que sabe perfectamente que el diputado al que va dirigida esa frase siempre ha estado comprometido con los derechos de los trabajadores y que recaló en el grupo socialista con un amplio bagaje de lucha, compromiso y lealtades con la democracia y con los trabajadores.
Puede que el grupo parlamentario socialista sancione a Antonio Gutiérrez de manera simbólica, o puede hacerlo de manera menos simbólica. Si el grupo socialista decide que es más importante la lealtad al grupo que la lealtad a las ideas ¡allá ellos y sus razones! Pero habrán perdido mucho más que un buen diputado.
No estamos sobrados de cabezas pensantes en la izquierda de este país. Y ayer Antonio Gutiérrez hizo un ejercicio de coherencia y lealtad consigo mismo, un gesto que debería ser respetado. Penalizarle por esto sería empobrecer la democracia y desaprovechar un caudal de experiencia y conocimiento que puede ser muy útil para el grupo parlamentario socialista, para el Gobierno y para el país.
Amalia Álvarez - Escritora

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