lunes, 4 de enero de 2010




Apuntes sobre la situación sociolaboral de Cantabria.
J. Manuel Marañón
Cuándo se analiza la situación socioeconómica de un determinado territorio, lógicamente, se utilizan diversidad de parámetros a través de los cuales podamos hacer una foto de la realidad lo más fidedigna posible. Pero, también, puede ocurrir que nos perdamos en la maraña de datos y no atinemos con los datos más sustanciales.
En ese sentido, desde la perspectiva sindical, tras la constatación de que estamos inmersos en plena crisis que se refleja en lo más sustancial para nosotros que son las tasas de empleo, el dato central debe de ser la variación interanual de la tasa de desempleo.
Pues bien, si consideramos el paro registrado hemos pasado del 13 al 16,8% en España entre noviembre de 2008 y noviembre de 2009. En Cantabria la tasa de desempleo, con este registro, ha pasado del 11 al 14,4 en el último año.
Si hablamos de la EPA del tercer trimestre, hemos pasado, en España del 11,3 al 17,9% y, en Cantabria del 6,3 al 11,2% entre el 2008 y el 2009.
Cuándo leáis estas líneas, seguramente ya se conocerán los datos del paro registrado de diciembre de 2009 y estará a punto de conocerse la EPA del 4º trimestre de ese mismo año. No espera nadie que las tasas de desempleo interanuales hayan decrecido.
A partir de estos datos, para los representantes de los trabajadores y trabajadoras la salida de la crisis comenzará a darse cuándo las tasas de desempleo interanuales desciendan en vez de crecer como ha pasado en el último año.
Y eso solo debe ser un inicio, puesto que el objetivo central, para CC OO, no es la mera creación de empleo, sino el que ese empleo sea estable y de calidad, como hemos repetido hasta la saciedad.
En Cantabria, hemos pasado por un trimestre en el que la sensación de crisis ha aumentado, sustentada por una parte en el incremento sustancial del paro registrado desde el verano situándonos cerca de los 41000 parados y paradas, incremento basado sobre todo en el sector servicios y, por otra, en los negros nubarrones que se han cernido sobre granes empresas como BRIDGSTONE o HAULOTTE, sin olvidarnos de otras como SIDENOR inmersas desde hace meses en sucesivos ERE´S.
En ese contexto, CC OO encabezó la organización de la exitosa manifestación del 14 noviembre en Torrelavega, manifestación en la que los sindicatos quisimos advertir a los poderes políticos, económicos y empresariales que no nos vamos a resignar a que sean los más débiles los que paguen la rapiña, la incompetencia y los errores de los más poderosos, tampoco, en Cantabria.
Pero fotografiada la situación actual, nos enfrentamos a unos meses próximos determinantes para el conjunto de la clase trabajadora, fundamentalmente, porque nos vemos abocados a la negociación de una reforma laboral.
En esa reforma laboral se puede derivar hacia el contrato único, el abaratamiento del despido, la pérdida de la tutela judicial, el incremento de las atribuciones de las ETT´s en competencia con el Servicio Público de Empleo….. Pero debemos presionar para que derive en hablar del cogobierno de las empresas, del sistema alemán para las empresas en crisis, de la causalización de los contratos (trabajo indefinido, contrato indefinido), del aumento sustancial de recursos humanos en las Inspecciones de Trabajo para evitar, entre otras cosas, el fraude en la contratación, de las mutuas, de la reforma de la negociación colectiva… La Reforma será mejor o peor para los trabajadores y trabajadoras en tanto en cuanto derive hacia un polo o hacia el otro.
Pero nos equivocaremos si pensamos que la mera reforma de la legislación laboral crea empleo. El empleo se crea con actividad económica y eso depende de las medidas de las Administraciones Públicas y de un cambio en la mentalidad empresarial general que tenga claro que una salida de la crisis sin riesgo de recaída pasa por la preeminencia de la actividad productiva sobre la especulativa, reinvirtiendo, por ejemplo, parte del excedente empresarial en I+D+i.
¿Qué pueden hacer las Administraciones Públicas?. Por una parte, ser perspicaces en la retirada de las ayudas públicas a la producción. Una retirada precipitada puede inducir a la recaída. No creo que sea, todavía, el momento de obsesionarse con la reducción del déficit público, aunque no se le puede perder de vista.
Las Administraciones Públicas también tiene la obligación de poner en marcha programas que facilitan el desarrollo socioeconómico de un territorio. Y aquí es ineludible el hablar del Plan Eólico de Cantabria.
Un plan que no solamente quiere solucionar el necesario cambio en las fuentes de suministro energético sino que está pensado para hacer de inductor de desarrollo industrial.
Para CC OO, que lleva años hablando de cambio en el modelo de desarrollo, el plan está en el buen camino, lo que no debe librar al gobierno de una crítica al planteamiento y de una advertencia para el desarrollo futuro.
La crítica está en que han planteado el plan con un cierta autosuficiencia sin buscar el apoyo de numerosas organizaciones sociales que podía esperarse que, de entrada, estuvieran de acuerdo, con lo que he ha tenido que lidiar, no solamente con la irresponsable oposición política del PP, sino con una campaña de organizaciones ecologistas y sociales, eso si con más presencia mediática que apoyo real como se vio en la manifestación que convocaron a mediados de diciembre.
Y la advertencia tiene que ver con el respeto escrupuloso de la legalidad vigente en el desarrollo del plan. Y es que tenemos precedentes. Está, por una parte, la prepotencia del REE en el trayecto del tendido de alta tensión Soto de La Ribera- Güeñes, lo que ha llevado a acumular años de retraso o el tema de la depuradora de Vuelta Ostrera en Suances, dónde una inversión millonaria imprescindible para la recuperación ambiental de la desembocadura del Saja-Besaya y de la propia ría de San Martín está abocada al derribo por no atenerse en su construcción a la antedicha legalidad. Y eso por no hablar de las sentencias de derribo pendientes de ejecución en la construcción residencial.
Otra cuestión a la quiero dedicar un pequeño apunte es la de los presupuestos del Gobierno de Cantabria para 2010. En lo que se refiere a la creación directa de empleo es evidente que no van a contribuir a ello. La Oferta de Empleo Público en la Administración General está congelada. En el sector educativo, se plantea una oferta cuasi testimonial y en el sector sanitario se va a desarrollar en 2010 la oferta del 2007 y con problemas permanentes en las sustituciones de los diversos colectivos.
Y en el tema de la inversión pública que sigue siendo necesaria e imprescindible esta se va a reducir a 200 millones de € a través de medidas extrapresupuestarias (financiación estructurada), quedando por ver el nº de puestos de trabajo que van a crear o mantener.
Y para acabar, el Plan de Empleo. El Gobierno de Cantabria lo plantea como una batería de medidas a desarrollar desde la Dirección General de Trabajo. Este planteamiento podía tener una cierta validez n otros momentos, pero, ahora, con más de 40000 personas en el paro, carece absolutamente de esa validez. O en el Plan se involucra el conjunto del Gobierno o no va a dejar de ser el aplicar una tirita a la hemorragia que fluye en una enorme herida.
En la línea de lo que apuntaba antes a la hora de hablar de un par de parámetros del presupuesto de 2010, es necesario revisar las actuaciones del conjunto del gobierno en relación con la creación y mantenimiento del empleo. Insisto, no es cuestión de hablar de unas cuantas órdenes o de unas cuantas bonificaciones, solamente.
En resumidas cuentas, tenemos por delante unos meses decisivos para la salida de la crisis que, para los trabajadores y trabajadoras, se comenzará a dar cuándo las tasas interanuales e desempleo comiencen a disminuir.



No hay comentarios:

Publicar un comentario