domingo, 20 de diciembre de 2009


MAXI DE LA PEÑA- EL DIARIO MONTAÑÉS-20.12.09
Una vida consagrada al bien de los demás. Unas ruinas, que antes de serlo, fueron cuna de la sabiduría

En el sanatorio quirúrgico de Vega de Pas operó a 256 pacientes y sólo murieron cuatro en una época como la de finales del siglo XIX
Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca, debes rogar que el viaje sea largo, lleno de peripecias, lleno de experiencias» (Konstantino Kavafis).
El doctor Madrazo encontró inicialmente su particular Ítaca sin partir de su pueblo, en la finca que lleva su nombre en Vega de Pas, hoy unas ruinas que han sido declaradas bien inventariado del Patrimonio Cultural de Cantabria. Él lo dio todo a cambio de nada. Bueno sí, de su propia vida.
El doctor Enrique Diego Madrazo nació en Vega de Pas en 1850 y fue considerado el gran renovador de la cirugía española, así como filántropo, sociologo, dramaturgo y generoso mecenas del teatro. Todo lo que puede ser un hombre de ciencia dotado de milagrosa mentalidad. El lugar conocido como la finca del Doctor Madrazo, en su villa natal, se corresponde en la actualidad con los restos de lo que en su día fue un sanatorio quirúrgico edificado a finales del siglo XIX por el doctor Madrazo, y convertido en escuela laica poco después, y otras construcciones de principios del XX. Este espacio adquiere singular relevancia por el significado de la figura del eminente médico.
En 1894 inaugura un sanatorio en Vega de Pas, el famoso sanatorio quirúrgico del Doctor Madrazo. Era un edificio de doble planta. La primera estaba dedicada a consultas y servicios generales y la segunda a casa de curas, quirófanos y habitaciones. Gozaba de amplios ventanales, de gruesos muros adornados con frescos de representaciones naturales, con arbolados y jardines en el exterior que daban un aire puro a todas las estancias del sanatorio. En su empeño desarrolló todas las nuevas técnicas aprendidas en el extranjero, y realizó en Vega de Pas 256 operaciones en el periodo de siete meses con tan sólo cuatro fallecidos. Dos años más tarde se trasladó a Santander para crear el primer sanatorio privado con que contará la ciudad, de mayor capacidad y más fácil acceso que el primero. En 1910 crea un complejo escolar en Vega de Pas, donde antes estuvo situado el Sanatorio.
El doctor Madrazo siente una gran preocupación por la actividad pedagógica y siempre fue consciente de la mala práctica educativa en España. Sus numerosas estancias en el extranjero le hicieron mentalizarse aún más, de que la enseñanza debía renovarse. Mantenía continuos contactos con pedagogos alemanes, con los que intercambiaba pareceres, apreciando unos métodos de instrucción de los más modernos de esa época.
Se dio cuenta de que la base de la educación debía establecerse en la Primera Enseñanza, proceso en el que se forjan la inteligencia y la moral de una persona, y sin duda todo ello le llevó a instaurar en 1910, un centro en el que se desarrollasen todos estos preceptos: las Escuelas Públicas y Laicas en Vega de Pas, que se albergarían en el antiguo sanitario. En ellas intentará desarrollar una labor de renovación y modernización de la enseñanza, incluso establece becas para maestros en países germanos y anglosajones, para que así se impregnasen de los modelos más avanzados de la época, y a su vuelta los reflejasen en su desempeño.
Pretendía realizar un modelo de aprendizaje integral, que abarcase todos los campos del conocimiento, y para ello hizo que se contase con numerosas instalaciones dentro del recinto que hacía 16 años había sido su primer sanatorio: laboratorios, talleres, gimnasios, salones de música, piscina. Era algo impensable en un centro educativo de esa época. Su método educativo recaía en la libertad, la solidaridad, la convivencia, el aprendizaje progresivo, participativo e integral, el contacto con la naturaleza, y toda una serie de factores que pretendían formar una moral adecuada para la posterior asimilación de conocimientos. La experiencia sería de corta duración.
En la finca se hallan además las ruinas de la casa-vivienda, la casa de labranza y el depósito de agua potable, primero que existió en la villa pasiega. Con el fin de dotar de suministro a toda la finca, realizo una captación de agua en el monte de la Pirria almacenándolo y regulándolo desde este depósito. Su trayectoria fue reconocida en toda Europa, recibiendo varios homenajes en vida. Desgraciadamente, la última década de su vida sería amarga, y en 1934, tras el fallo de un malogrado proceso judicial, perderá la dirección del sanatorio.
Poco después, sus ideas liberales y republicanas, de corte socialista, le llevaría a ser encarcelado en la Prisión Central de Santander, a finales de 1937, de donde saldría ciego y gravemente enfermo en 1941.
Un año después, el 8 de noviembre de 1942, fallecería en la capital cántabra. Nunca unas ruinas de edificios de piedra, y con la hiedra en sus fachadas que se mantienen en pie, representaron mejor a su mecenas. El sueño humanista del doctor Enrique Diego Madrazo dignificó la asistencia médica de la época.


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