¿Hay otras alternativas?
J. Manuel Marañón G. (pasiego)
A estas alturas de julio el pasiego sufre una espesura mental de cuidado. Y ello por varias razones de la propia historia personal.
Mis ancestros ganaderos pasiegos de “arriba”, del alto Miera, hacían su trabajo más duro, “alzar la hierba”, en el mes de julio y principios de agosto. Aunque ya soy de la segunda generación nacida “abajo”, en Trasmiera, comarca en la que la hierba se “alzaba” en junio y principios de julio, parece ser que los recuerdos más ancestrales pueden más. Incluso utilizo el pasado (“alzaba”) porque es una tarea en desuso.
Por otra parte, soy docente y en el mes de julio solamente leía “El Mundo Deportivo”. No hará falta, creo yo, más comentarios.
Pero, inevitablemente, el pasiego no puede sustraerse de la actualidad y la actualidad mañana, tarde y noche, cuando lees, oyes o ves es la crisis de la deuda.
Y es cuándo el pasiego se hace la pregunta: ¿Hay otras alternativas? Haciendo el pertinente esfuerzo en medio de esta pereza mental, el pasiego se contesta diciendo que, obviamente, sí.
Y a continuación piensa. Si tú tienes que hacer un esfuerzo para dar la respuesta ¿que hubieran respondido amplias capas de la población que ni siquiera se plantean hacer ese esfuerzo.
Pero el pasiego deja divagar el pensamiento. ¿Falta voluntad política en la UE? O simplemente es que la mayoría de esos gobiernos están, ideológicamente, de acuerdo con las salidas que se están implementando conociendo perfectamente la fractura social que se está abriendo.
Continúa la divagación. Los bancos alemanes. ¿Solamente? Los bancos franceses tienen tanta o más deuda griega que los franceses. La deuda irlandesa está, en parte, en manos de bancos ingleses y suecos. Un tercio de la deuda portuguesa está en manos de bancos españoles. Por lo tanto, deberemos hablar, exclusivamente, de BANCOS.
Pero, no solo los bancos tienen deuda soberana, también grupos de inversión de diversa índole. Y, entre ellos, los fondos de pensiones.
El pasiego no avala la teoría conspirativa de la historia, pero entended que a mediados de julio relaje la guardia y haga un recorrido conspirativo. Países con enorme potencia económica tienen un sistema de pensiones de capitalización. Los fondos de pensiones resultantes invierten en deuda soberana. Ahogan a países con sistemas de reparto empobreciendo sus pensiones lo que hace que se vaya abriendo paso poco a poco el sistema de capitalización, comenzando, lógicamente, por las rentas más a altas que son las que tienen mayor capacidad de ahorro. El sistema de capitalización se irá extendiendo como una mancha de aceita y esos grupos de inversión dispondrán de más fondos especulativos.
¡Uf! tanta divagación “m´agotao”.
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