Jornada redonda para el Barça
Los azulgrana recuperan el liderato y Messi, con tres tantos, atrapa como goleador a Cristiano
Ramon Besa El País
8 MAR 2015
Los jugadores del Barça celebran uno de los goles / LLUIS GENE (AFP)
El Barça recuperó el liderato en la Liga,
superó en goles al Madrid, Bravo se mantiene como el portero menos
batido y Messi empató en la clasificación del Pichichi con Cristiano
Ronaldo: 30 goles. La matinal resultó redonda en un Camp Nou que
registró la mejor entrada de la temporada: 87.151 espectadores. El sol
tibio y la derrota del Madrid en San Mamés facilitaron la explosión
barcelonista después del 2-0 (acabó en goleada, 6-1). El Rayo aguantó
muy bien hasta el gol de Piqué y del penalti repetido de Messi. El 10
pudo resarcirse del error y participar del partidazo que se marcó Luis
Suárez.
¡A bodas me convidas! La personalidad del Rayo, un equipo atrevido en
el despliegue y generoso con el balón, facilitó el despliegue del Barça
que más le gusta a Luis Enrique. Aquel que prefiere la presión al
toque, la transición a la combinación, la pegada a la virguería, el
vértigo a la pausa, por más que se junten Iniesta y Xavi, igual que ya
pasó en Vallecas, y juegue Messi. Los personajes decisivos en el
desequilibrio del partido fueron Jordi Alba, estupendo en las
correcciones defensivas, y Luis Suárez.
Barcelona, 6; Rayo, 1
Barcelona: Bravo; Alves, Piqué, Mathieu, Alba (Adriano, m.69); Mascherano (Rakitic, m.60), Xavi, Iniesta (Rafinha, m.65); Pedro, Messi y Luis Suárez.Rayo: Cristian Álvarez; Tito, Amaya, Abdoulaye, Insúa; Trashorras, Jozabed (Quini, m.65), Licá (Aquino, m.69), Kakuta; Bueno y Leo Baptistão (Manucho, m.81).Goles: 1-0. M.5. Luis Suárez. 2-0. M.49. Piqué. 3-0. M.56, Messi, de penalti. 4-0. M. 63. Messi. 5 - 0. M.68. Messi. 5-1. M.81. Bueno. 6-1. M.91, Luis Suárez.Árbitros: Gil Manzano. Amonestó a Mascherano, Alba, Adriano, Trashorras y Aquino. Y expulsó por doble tarjeta amarilla a Tito en el m. 55 y a Alves en el m. 80 por roja directa.87.151 espectadores en el Camp Nou.
El uruguayo atacó estupendamente el espacio cada vez que el Rayo tiró
el fuera de juego y protagonizó tres ocasiones en un cuarto de hora: el
árbitro le negó el penalti en la segunda; malbarató una tercera por
precipitación después de sortear al portero y metió la primera con una
definición preciosa por el toque y la velocidad de ejecución después del
sutil pase de Xavi, habilitado por Mathieu después de un saque de banda
del Rayo. Jugaban bien los vallecanos y contraatacaba mejor el
Barcelona.
El Rayo parecía el equipo grande y el Barça el pequeño desde que el
cuero se puso en juego en el Camp Nou. El control del partido y del
fútbol era visitante y no había noticias de Messi. Al 10 le costó
desperezarse, incómodo con tanta ida y vuelta, más a gusto con el equipo
que ganó al Manchester City que con el que enfrentó la semana pasada al
Granada. El carácter camaleónico azulgrana confunde a veces a Messi,
sobre todo cuando el rival disputa la posesión del balón, como era el
caso del Rayo.
Las apariciones del argentino fueron tan selectivas como celebradas,
especialmente cuando picó magistralmente un servicio de Suárez: de
espaldas a la portería, muy cerca del segundo palo de la portería de
Cristian, intentó un sombrero con un giro y un toque con el exterior del
pie izquierdo que se escapó por muy poco ante la excitación del Camp
Nou. El Barça no encontraba la portería ni la línea de pase porque el
Rayo juntaba las líneas, su presión era alta, mezclaba bien el juego y
enfilaba a Bravo.
Únicamente Iniesta, hábil en los espacios reducidos, parecía saber
salir del apretón del Rayo, a gusto en la cancha, agrandado con el
partido, especialmente feliz, admirado por la afición del Barça. Los
balonazos del equipo azulgrana, incapaz de elaborar el juego, provocaban
dolor de cabeza a Messi. A los azulgrana, especialmente atentos por la
exigencia forastera, les llevó un rato encontrar el punto al encuentro,
resuelto finalmente a la salida del descanso con un gol de Piqué.
Xavi sacó un córner, entró al remate por sorpresa Alba, que cabeceó
al palo derecho y remachó Piqué, quinto máximo goleador: 6. La
estrategia funciona cada vez mejor de la mano de Unzue, tanto que el 3-0
llegó en un nuevo saque de esquina: Tito derribó a Suárez, el árbitro
pitó penalti y expulsó al zaguero: tiró Messi y volvió a errar (cuatro
fallos sobre siete). El colegiado, sin embargo, se apiadó de Messi.
Apreció que Cristian se había movido antes de tiempo y mandó repetir
para suerte del 10.
Messi acertó a la segunda con un remate duro, raso, al palo izquierdo
del meta del Rayo. El partido se acabó para el equipo de Paco Jémez,
diezmado, lastimado y goleado en inferioridad, y empezó el festival de
Messi, liberado y enrabietado, dispuesto a atrapar a Cristiano, cosa que
consiguió con un triplete: recogió un rechace del portero a tiro de
Suárez y se marcó una jugada deliciosa en el 5-0: sorteó a dos defensas
con control orientado, fintó al portero y cruzó a la red con el tercer
toque: sublime el 10.
Y no metió el cuarto porque no le pudo poner el lazo a una asistencia
del generoso Luis Suárez, definitivamente el jugador del partido,
rematado con un nuevo gol del 9 después de una asistencia de Messi.. La
jornada salió a pedir de boca para los azulgrana, que pudieron rotar
bien con los cambios y solo tuvieron que lamentar el penalti y la
expulsión de Alves, jugada que permitió el gol de Bueno. El gol del
honor que se ganó el Rayo por su juego ante un Barça optimista y feliz
por volver a mirarse la Liga desde el liderato.