Gracias, Pedro Zerolo
Sandra Barneda/ Periodista y escritora/ El Periódico de Cataluña/ Miércoles, 10 de junio del 2015
Me quema el alma por esta nueva despedida. Me deja enrabiada y medio
acobardada ante la Gran Dama, que se presenta cuando se le antoja,
dejándonos huérfanos de tanta vida. Ayer se fue Pedro Zerolo, con 54 años y muchos sueños por cumplir. El sabio Shakespeare ya
lo dijo siglos atrás: «El tiempo es muy lento para los que esperan, muy
rápido para los que temen, muy largo para los que sufren, muy corto
para los que gozan; pero para quienes aman, el tiempo es eternidad». Zerolo deja
mucho amor, ese que se hace eterno en el interior de las almas, ese
que, como él dijo en más de una ocasión, es el sentimiento más puro y el
mejor militante. Se va unos días antes de cumplirse diez años de la aprobación de la ley del matrimonio homosexual en España.
Esa ley por la que tanto luchaste tú, y muchos otros, y que hizo de
España un lugar un poquito mejor. El 20 de junio soplaremos las velas y
nos acordaremos de ti, de tu amplia sonrisa, de tu voz serena, de tu
vívida mirada incluso en los momentos más duros del cáncer. Desisto de
llamarlo con el genérico enfermedad, prefiero nombrarlo -cáncer- como hizo públicamente Pedro tras saber la noticia.
Lucha por la dignidad
Siempre fue un valiente, con la coherencia por bandera y la lucha por la dignidad de los seres humanos. Estaba preparado para la muerte.
Me dijo en más de una ocasión que no le tenía miedo, que andaba listo
como siempre había tratado de estar en los zarpazos de la vida. Quizá
los que se han quedado, los más próximos, los que ahora le lloran, andan
algo perdidos por su ausencia, porque ha emprendido demasiado pronto el
viaje al sueño eterno. Los que se quedan, los que te recuerdan, los que
te idolatran ahora a pesar de haberles resultado en otra época tan
molesto e insistente como incisivo, reconocen tu lucha y tus méritos.
Extraña es la vida, pues nos empeñamos en ensalzar a los difuntos y masacrar a los que aún habitan este mundo.
Quizá sea ese su tributo, el empeño por hacer este lugar un poco más
habitable, conciliador y digno. Tanto queda por hacer... Aún quedan necios cobardes que, cobijados en el odio, se atreven a insultarle tras su muerte por ser libre, por ser él mismo.
Muchas han sido las palabras de cariño hacia Zerolo para acompañar en el dolor a su marido, Jesús (con
el que lleva -como él decía- 18 años casado de hecho, y de derecho
desde que se pudo), a sus hermanos y a su familia. Palabras de devota
admiración de todos los que ahora dan el último adiós al secretario de
Movimientos Sociales del PSOE, al activista que durante diez años peleó
por los derechos de homosexuales, lesbianas, bisexuales y transexuales
como presidente de la FELG. Zerolo nos acompañará a muchos con su
sonrisa, su fuerza y esa frase que tanto me gustó de él sobre el
coraje: «Cuando somos valientes, acertamos siempre». ¡Así sea! Gracias
por todo, Pedro.
MALAQUIAS
ResponderEliminarMalaquìas fue el último de los profetas del Antiguo Testamento. El vivió la época posterior a la reedificación del tempo y a la restauración del templo y a la restauración de la adoraciòn, pero vio al pueblo volviéndose de nuevo a su vieja vida de pecado. Ademàs de reprenderlos. Por su condición espiritual, predijo también la venida del Mesìas.