R. ÁLVAREZ - París - EL PAÍS-10/05/2010
El escolta, que forma un dúo imparable con Ricky, primer español elegido el mejor de la final.
Otra vez juntos en lo alto del podio, otra vez solicitados en pareja por los fotógrafos, seguros de estar retratando al dúo de oro del baloncesto europeo. De Pekín (plata olímpica) a París (Euroliga) pasando por Varsovia (Eurobasket), Las Palmas (Supercopa) y Bilbao (Copa), comparten títulos y distinciones con el Barça y con la selección española. Ricky Rubio y Juan Carlos Navarro, el base de 19 años cada vez más apetecido por la NBA y el escolta de 29 que decidió regresar hace dos de su aventura en Estados Unidos, forman un tándem imbatible.
"Vuelvo para asumir el liderato del equipo, para hacer historia. Y haré todo lo posible para que este club gane títulos", prometió Navarro el 19 de junio de 2008, cuando hizo oficial su regreso al club de toda su vida después de haber competido una temporada con Memphis Grizzlies. Apenas dos años después, Navarro ha cumplido lo prometido. El título en París, con el que encadena todos por los que ha competido con el Barça desde hace un año, empezando por la Liga ACB conseguida la pasada temporada, es especial por dos motivos. Se trata de la segunda corona en la máxima competición europea para Navarro, el único de la plantilla actual que estuvo en 2003 en el equipo entonces dirigido por Svetislav Pesic y con Jasikevicius, Fucka y Bodiroga en sus filas. Y también porque Navarro no guarda precisamente muy buen recuerdo de la final a cuatro de hace un año en Berlín, cuando los árbitros le señalaron muy pronto tres faltas y eso le impidió aportar lo habitual en la semifinal ante el CSKA que acabó suponiendo la eliminación de los azulgrana.
Navarro pasa a ser el único jugador no perteneciente a la antigua URSS o a Yugoslavia que logra la Euroliga, el Eurobasket y el Mundial. Y el único español en ser elegido, ayer, el mejor jugador de la final de la Euroliga. "Este equipo ha conseguido cada reto que se ha propuesto. Me gusta haber ganado este título por mí; por los jugadores, que lo han dado todo para llegar hasta aquí; por la afición, que ha estado siempre a nuestro lado y es muy importante para el club", explica Navarro.
Ricky Rubio lleva ocho meses y medio en el Barça y ha añadido tres títulos más a su colección, la que empezó a gran nivel ganando la Eurocopa y la Copa con el Joventut en 2008. "Fiché por este club para estar en lo más alto. Para mí, es un orgullo llevar un equipo como este. Estoy quemando etapas muy rápidamente y ya he tenido la suerte de jugar y ganar una final a cuatro, que se dice rápido, pero cuesta mucho. Es una enorme alegría", cuenta el base de El Masnou.
Su madurez no deja de sorprender. Se ha enfrentado a los mejores bases y siempre ha salido bien librado. No parece sentir la presión, aunque, tras la semifinal ante el CSKA, reconoció haber pasado algunos nervios. "No he sentido en exceso esa presión. Trato de divertirme y de divertir a la gente. Y trato de ser mejor jugador cada día, que es de lo que se trata", advierte.
La Euroliga ha distinguido esta temporada a Ricky con el trofeo al jugador más prometedor, para el que fue elegido por los entrenadores. Navarro se lleva de maravilla con su compañero. "Es un grandísimo jugador. Es muy fácil jugar con él. Sabe leer muy bien los partidos y a alguien como yo le interesa tener alguien así al lado", le piropea. Ricky no tiene ninguna duda de que Navarro es el jugador franquicia del Barça. "Es el líder. Sabes que es el tipo de jugador que aparece siempre cuando hay partidos importantes", sentencia. Navarro ha sido incluido por la FIBA en el quinteto ideal de la temporada junto a Kleiza, Khryapa, Maric y Teodosic. Y ayer, además, fue elegido el mejor de la final.
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